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Abstención de más de un 60% en Francia en el referéndum sobre Nueva Caledonia

La abstención en el referéndum celebrado ayer en Francia, que abre el proceso para la autodeterminación de Nueva Caledonia, batió todos los récords de las consultas electorales de la posguerra. La participación fue únicamente del 38%. El sí obtuvo un 80%, y el no, un 20%, con más de un 4% de votos en blanco o nidos. En Nueva Caledonia se invirtieron las cifras, con un 63% de participación, pero el resultado fue mucho más ajustado: 57% de síes frente a un alto 43% de noes.

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La altísima abstención (62%) en la metrópoli y el elevado número de noes en el archipiélago pueden comprometer el desarrollo de los acuerdos de Matignon, firmados el pasado 26 de junio por el primer ministro, Michel Rocard, y los líderes de las dos comunidades del territorio de ultramar.Los resultados confirman la indiferencia de la Francia metropolitana ante el futuro de un territorio situado a casi 20.000 kilómetros y a 28 horas de vuelo de París. Asimismo destacan la división -pese al abrazo protagonizado en junio por los principales dirigentes- de las comunidades de Nueva Caledonia: Canaca, que mayoritariamente estaba a favor del referéndum, y caldoche (de, origen europeo), que se opononía a éste.

Rocard reconoció, en una intervención por televisión a las ocho de la tarde, tras el cierre de los colegios electorales, la "débil" participación, pero destacó la victoria del sí y reafirmó que seguiría trabajando "por el triunfo de la paz y de la fraternidad".

El líder del Frente de Liberación Nacional Kanaky Socialista (FLNKS), Jean-Marie Tjibaou, uno de los signatarios de los acuerdos de Matignon, consideró .satisfactorios" los resultados en Nueva Caledonia. Sin desdeñar la importancia del 43% obtenido por el no, Tjibaou señaló que "los acuerdos son aplicables".

El sí fue ampliamente mayoritario en las zonas dominadas por los independentistas, mientras que el no triunfó en las regiones de mayoría caldoche, y concretamente en la capital del archipiélago, Noumea. Este dato coloca en una difícil posición a Jacques Lafleur, el otro firmante de los acuerdos, en su condición de dirigente de la Asamblea para una Caledonia Republicana (RCPR), la versión ultramarina de los neogaullistas.

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Lafleur había pedido el sí, mientras que la Asamblea por la República (RPR) defendía la abstención. Los líderes del RPR, Jacques Chirac y Alain Juppé, declararon anoche que los franceses no habían participado en la .operación de política interior" del Gobierno y calificaron el resultado de "fiasco" para el presidente de la República, François Mitterrand, y el primer ministro.

En el campo de los partidarios del sí, el primer secretario del partido socialista, Pierre Mauroy, consideró que lo importante era "la paz en un territorio que había estado hace sólo seis meses al borde de la guerra civil". "Nueva Caledonia ha pasado la página de la era de la colonización", afirmó Mauroy. Los comunistas, partidarios de la independencia del archipiélago, reclamaron la aplicación de los acuerdos de Matignon y valoraron la abstención como una consecuencia de la "ambigüedad" del proyecto de ley sometido a referéndum.

La Unión por la Democracia Francesa (UDF) calificó el resultado de "decepcionante", y el líder de los centristas del Centro de Demócratas Sociales (CDS), Pierre Méliaignerie, mostró su "inquietud" por los porcentajes de Nueva Caledonia. El líder del Frente Nacional (FN), Jean-Marie Le Pen, partidario del no, pidió que Mitterrand y Rocard sigan el ejemplo del general De Gaulle, que dimitió tras perder un referéndum, ante lo que calificó de "fracaso abrumador".

El porcentaje de noes ha sido muy superior a la media en los feudos del FN, como Marsella, lo que puede indicar que Le Pen ha recompuesto su electorado de las últimas presidenciales en una consulta en la que ha podido desplegar toda su retórica patriótica. El Frente Nacional destacó que sólo el 25% del censo había apoyado el sí.

Junto a la abstención, el número de votos blancos o nulos -15% en algunas regiones- muestra claramente la indiferencia de los franceses ante el texto sometido a referéndum, el sexto que se celebra desde la instauración de la V República.

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