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LA SUCESIÓN DE REAGAN

El inglés lucha contra el español en las urnas

230 referendos a votación mañana en 41 Estados, además de la opción presidencial

Francisco G. Basterra

Mañana en Estados Unidos no sólo se trata de elegir entre Bush y Dukakis, y para muchos ciudadanos no es la opción más importante. La declaración del inglés como idioma oficial en tres Estados con fuerte minoría hispana (Florida, Colorado y Arizona), la reducción del precio del seguro de automóviles en California o el control de las armas cortas en Maryland son tres ejemplos de referendos populares que serán decididos también en las urnas el martes; 230 iniciativas populares serán puestas a votación en 41 Estados. En California, el caso extremo, los ciudadanos tendrán ante sí, en la misma papeleta del voto presidencial, del Congreso y de multitud de cargos estatales, una larga lista con las cuestiones, a menudo farragosas, de 29 referendos. Y el tiempo del que disponen para leérsela, digerirla y tomar finalmente una decisión no es excesivo: tan sólo 10 minutos.

Para algunos, esta democracia popular basada en la idea de dar al ciudadano una participación directa en el Gobierno -basta un cierto número de firmas para someter una iniciativa a votación- ha ido demasiado lejos y está siendo manipulada por los grupos de presión.Sólo en California, cinco propuestas distintas sobre los seguros -muy altos en este Estado, donde el coche privado es un derecho natural del ciudadano- han movido una campaña publicitaria de 60 millones de dólares.

Los 13 millones de automovilistas californianos pagan 9.700 millones de dólares anuales (más de un billón de pesetas) en seguros, lo que explica el ardor de la campaña. En el Estado de Maryland, junto a la capital federal, el poderoso lobby pro armas National Rifle Association se ha gastado cuatro millones de dólares en anuncios de televisión para derrotar una propuesta que limitaría, no prohibiría, investigando al comprador, la venta de las armas cortas más baratas, llamadas saturday night specials (especiales del sábado noche).

Y en Massachusetts -dónde Dukakis ejerce como gobernador-, se votará el posible cierre de dos centrales nucleares. Y en Michigan, si se continúa o no gastando dinero del Estado para realizar abortos.

Denunciar el SIDA

Los californianos también se pronunciarán sobre la polémica proposición 102. Apoyada por un hombre que contrajo el SIDA a través de una transfusión de sangre, requeriría a los médicos informar a las autoridades de los nombres de los portadores del virus de la terrible enfermedad. La comunicación sería obligatoria incluso si hay simplemente "una causa razonable para creer" que una persona ha contraído el SIDA.

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El miedo a la progresiva hispanización de Estados Unidos, basado en la llegada de 300.000 inmigrantes legales -los ilegales son incontables- al año, procedentes de Centro y Suramérica y el Caribe ha provocado una reacción de miedo en la población blanca. Atrincherados en una organización llamada US English luchan por enmendar las Constituciones de los diferentes Estados con una declaración de que el inglés es el idioma oficial de Estados Unidos.

Ya lo han logrado en 14 Estados, y en 1986 ganaron un referendo sobre esta propuesta en California, que cuenta con un 20%. de población hispana. Mañana lo van a intentar en Florida (1,5 millones de hispanos, el 12%. de la población), Colorado (400.000, el ll%) y Arizona, el 16%. En los dos primeros Estados la respuesta será posiblemente afirmativa y en Arizona es más dudoso.

Los partidarios de declarar oficial el inglés -la Constitución de EE UU no se refiere para nada al idioma- defienden que un país tan mezclado debe utilizar la lengua como vínculo de unión.

Esterilización de minorías

Critican que los hispanos se están asimilando mal y más lentamente que otros grupos de inmigrantes. Para los detractores de la oficialización del inglés, se trata únicamente de racismo contra los hispanos y fanatismo de una población, de origen británico, que se siente absurdamente amenazada en su intento de monopolizar estrechamente la idea del norteamericanismo.

No ayuda nada a los proponentes de Sólo Inglés la- revelación de que algunos de sus partidarios han sugerido la esterilización forzosa de algunas minorías. Y un funcionario de la organización advirtió del peligro para la separación constitucional Iglesia-Estado derivado del hecho de que los hispanos son mayoritariamente católicos y también para el orden público, por la supuesta proclividad de esta minoría a la comisión de delitos.

Los opositores a la medida reiteran que, de hecho, el inglés es ya el idioma oficial de este país. Que no se puede prosperar sin hablarlo y escribirlo bien y que si la primera generación de hispanos no lo habla, la segunda es bilingüe y la tercera sólo habla inglés. Si triunfan los referendos en Florida, Colorado y Arizona, los Ayuntamientos y los Gobiernos estatales sólo deben usar el inglés en sus documentos y reuniones.

No afectaría a la educación bilingüe, que se mantendría, ya que es un mandato del Gobierno federal, ni a los servicios de emergencia de los hospitales o la policía. Se eliminarían los intérpretes de español en todas las oficinas públicas. Las papeletas de votos seguirían apareciendo también en español, como ocurre en California, donde ganó el referendo de Sólo Inglés.

Esta batalla es especialmente relevante en la ciudad de Miami, en el Estado de Florida,donde los hispanos son mayoría (un 55%) y han expulsado a los blancos sajones de la ciudad. "No me instalé en Miami para vivir en una provincia de lengua española", se queja el doctor Mark LaPorta, hijo de un inmigrante italiano y que encabeza la lucha por el Sólo Inglés en Florida.

Futuro bilingüe

En esta capital, más caribeña que norteamericana, el periódico local, el Miami Herald, se publica también en español. Todos los anuncios y rótulos públicos son bilingües. Y sin dominar el español es imposible triunfar en el próspero negocio bancario de Miami, absolutamente enfocado a Latinoamérica. Los hispanos dominan -por ejemplo, han desplazado a los negros a los empleos más bajos- y su crecimiento pone nerviosos a los anglos. Todo esto, indudablemente, ha provocado una violenta reacción contraria.

De lo que muchos norteamericanos no se dan cuenta es de que su país, les guste o no, afronta un futuro bilingüe, ya sea inglés-español o inglés-japonés, o chino o filipino o coreano en Califomia. The New York Times acaba de publicar un editorial condenando el esfuerzo del movimiento Sólo Inglés, al que denuncia como discriminador y estrecho de miras. Y, en definitiva, innecesario.

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