Chadli pide a los argelinos que voten, hoy "por la democracia y la soberanía popular

Carteles en los muros de Argel proclaman el mensaje del presidente Chadli Benyedid. Con lemas como Por el porvenir, Por la democracia y Por la soberanía popular, piden a los argelinos, en árabe y francés, que voten en el referéndum de hoy. Los ciudadanos dudan entre un escéptico sí y la abstención. No ponen en duda las buenas intenciones de Chadli, pero son conscientes de que los militares siguen controlando el Frente de Liberación Nacional (FLN) y, por tanto, Argelia.

ENVIADOESPECIAL, Algo más de 12 millones de personas deben votar hoy a favor o en contra de una pequeña reforma de la Constitución argelina, que supone la creación de la figura de un primer ministro responsable ante la Asamblea. Todos saben, sin embargo, que se trata de algo más que eso, de toda una prueba sobre la credibilidad de la reforma prometida por el presidente Chadli.El sí está escrito en papeletas blancas y significa apoyar los cambios en dirección a tina mayor libertad emprendidos por Chadli desde la revuelta de la sémola que sacudió el país a comienzos del pasado mes. El no figura en papeletas amarillas y es un voto a favor del inmovilismo.

Hay una tercera postura: la abstención propugnada por el pequeño Partido Comunista, en la, clandestinidad y, sobre todo, por los distintos grupos del inte grismo islámico. El carismático jeque Alí Beljach, imam de la mezquita del barrio de Bab Elm Ued, ha pedido a sus seguidores que no participen en la consulta. El argumento de los abstencionistas es que la reforma es pequeña y tardía.

La campaña propagandística de la presidencia ha sido discreta, apenas unos carteles y unos pocos mensajes en la radio y la televisión. Chadli ha lanzado su mensaje con los gestos aperturistas de estos días. Ayer mismo salieron de las prisiones las últimas personas que permanecían detenidas por su presunta participación en la revuelta.

Heridas sin cicatrizar

Pero las heridas no han cicatrizado. Los mercados están ahora bien abastecidos y el presidente ofrece democracia, pero los muertos fueron muchos, no pocos detenidos sufrieron torturas y la mayoría de los responsables de la crisis siguen en el poder.Es asombrosa la unanimidad popular en Argel a favor de la democracia. Las críticas al partido único del FLN, a los jefes militares que lo controlan y al socialismo que no practican, pero predican al pueblo, son abiertas en las asambleas de médicos, estudiantes, periodistas, abogados y artistas. La gran masa de la población se divide entre los que conectan con los citados grupos sociales, los que siguen a los predicadores islámicos y los que parecen haber perdido toda esperanza. El ex presidente Ben Bella cuenta sobre el terreno argelino con muy pocos partidarios.

No ha llovido aún este otoño en Argel y la atmósfera de la ciudad es sucia, húmeda y pegajosa, lo que acompaña a la tristeza de sus habitantes. La abstención podría alcanzar en la capital -2.804 colegios electorales- y en los principales centros urbanos del país un porcentaje del 40%, según los precariós -sondeos callejeros de los observadores extranjeros. En las zonas rurales, donde el aparato del FLN tiene un mayor control sobre la población, la participación será, sin duda, elevada.

La más aplaudida de las últimas medidas presidenciales ha sido la destitución de Mohamed Cherif Mesadia como responsable del FLN. Sobre Mesadia, al que la población acusaba de buena parte de sus males y que está en paradero desconocido, llueven ahora los peores comentarios de la calle. Pero para la mayoría no es suficiente. Desde la presidencia se hace circular la noticia de que la operación de limpieza en el seno del régimen continuará si el resultado del referéndum es afirmativo. Será nombrado en breve un primer ministro y éste formará un nuevo Gobierno, que supondrá un amplio relevo en el equipo responsable del país.

Abdelhamid Mehri, nombrado por Chadli responsable del aparato del FLN en sustitución de Mesadia, es el gran desconocido y la gran esperanza de las ,gentes. Los argelinos afirman no saber mucho de él, porque ha sido en los últimos años embajador en París y Rabat. No obstante, hasta ellos ha llegado su reputación de hombre honesto y partidario del diálogo.