El complicado papel de Argelia
El Gobierno de Argelia llegó a tener la decisión de expulsar a los presuntos activistas de ETA muy madura y preparó dos borradores sucesivos de comunicado explicativo, aunque luego la precipitación española en el anuncio de la medida llevó a su congelación. La revuelta de la sémola del pasado mes de octubre, sin embargo, puede operar en contra del intento de ETA de mantener abierta una retaguardia en el país norteafricano, a medida que el panorama político en Argel se vaya aclarando y consolidando.El Gobierno argelino aceptó en principio la expulsión de los exiliados vascos, cuyo número probable es de medio centenar, y secundó también la petición española para explicar en un comunicado oficial la clausura del "espacio negociador". El primer borrador causó una preocupación extrema en ETA y en Herri Batasuna (1413), algunos de cuyos dirigentes tuvieron conocimiento del mismo. El texto responsabilizaba a ETÁ del fracaso de las conversaciones y justificaba la devolución de los presuntos activistas a su país de procedencia.
Enfado con Madrid
Un segundo borrador, que nunca llegó a ver la luz al igual que el primero, era mucho más matizado y diplomático. El documento constataba únicamente la falta de progreso en las conversaciones entre los representantes del Gobierno español y de la organización terrorista, sin responsabi¡izar ni culpar a ninguna de las partes, y daba cuenta de la inutilidad de una posible mediación argelina. Argel, en consecuencia, suspendía la decisión de acoger en su territorio a Antxon Etxebeste, hoy tan respaldado-por la organización, y a sus compañeros.La expulsión de los exiliados vascos quedó paralizada, según todos los indicios, por el malestar con que las autoridades argelinas registraron el lanzamiento de la noticia en España y su confirmación por fuentes oficiales, antes de que existiera un compromiso explícito por parte del país norteafricano. La difusión en España de la noticia fue interpretada como un intento de presión, del Ejecutivo de Madrid.
La dirección de HB estaba convencida a mediados de octubre de que la situación se saldaría con la salida de los representantes de ETA, según informaron fuentes de la coalición independentista. Herri Batasuna buscaba entonces países dispuestos a recibir a todos o una parte de los que se vieran obligados a abandonar Argelia para impedir su traslado forzoso a países designados por el Ministerio del Interior español.
Este convencimiento de Herri Batasuna, reflejo seguramente de un análisis similar por parte de ETA, parece haberse acentuado en las últimas semanas, tras el amotinamiento de una buena parte de la población argelina con un balance de 500 muertos. La revuelta de la sémola actúa en apariencia contra el intento de ETA de permanecer en el país magrebí al reforzar el pragmatismo del presidente Chadli Benyedid en detrimento del partido único FLN (Frente de Liberación. Nacional).
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