Denuncia por la muerte en accidente de un naturalista

La Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria (ARCA) ha denunciado ante el juzgado de San Vicente de la Barquera las circunstancias en que murió el pasado 18 de octubre su vicepresidente, el naturalista César Blanco Rivas, de 30 años, tras despeñarse desde 200 metros de altura en la cordillera cantábrica y caer junto a la carretera de Potes (Cantabria) a Cervera de Pisuerga (Palencia), en el puerto de Piedrasluengas.Blanco Rivas y sus compañeros, Guillermo Palomero y Juan A. De la Torre, seguían los rastros de un oso pardo, ursus arctos, cuando aquel se precipitó al vacío tras desprenderse una roca que le desequilibró. Según el texto de la denuncia, un recluta de la Cruz Roja de Potes, al recibir por teléfono la petición de auxilio, contestó, tras consultar con su capitán, que la ambulancia no subiría por no haber conductor en aquellos momentos. Cruz roja de Cervera de Pisuerga, igualmente alertada, respondió con similares excusas y sugirió a Palomero que llamara a Palencia.

Avisada la Guardia Civil de Potes, una pareja acudió en un todoterreno al lugar del accidente, pero no se pudo evacuar al lesionado, que se hallaba semiinconsciente. Finalmente llegó una ambulancia de la Cruz Roja de Aguilar de Campoo (Palencia), pero los socorristas se negaron a trasladar al herido al hospital de Valdecilla (Cantabria), por pertenecer a otra comunidad autónoma. Así, Blanco fue llevado a Palencia y posteriormente al hospital Clínico de Valladolid, donde ingresó cinco horas y media después de la caída. Inmediatamente entró en coma profundo, hasta su fallecimiento el día 22 de octubre en el mismo centro. Sufría fractura de cráneo.

Según ARCA, las bombonas de la ambulancia que evacuó al naturalista estaban con el indicador a cero, y no funcionaron.