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Los bajos precios y la anunciada 'limpieza' del barrio aumentan el interés inmobiliario por la zona de la Ballesta

La zona de la calle de la Ballesta se ha puesto en los últimos meses en el punto de mira de algunos inversores, deseosos de obtener grandes beneficios a medio plazo, y de parejas con recursos limitados, decididas a sufrir transitoriamente la degradación del entorno a cambio de adquirir su vivienda a un precio que oscila entre las 60.000 y las 85.000 pesetas el metro cuadrado. En calles cercanas, no afectadas por la prostitución y el tráfico de drogas, el precio del metro cuadrado se sitúa entre 150.000 y 210.000 pesetas.

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Este movimiento inmobiliario se ve favorecido, además, por los continuos anuncios que se hacen desde la Administración sobre la voluntad existente para recuperar esta parte del centro urbano de la capital.Un piso de 250 metros cuadrados en la calle de Puebla, a escasos metros de la calle de la Ballesta, estaba a la venta hace unas semanas en 15 millones de pesetas "con posibilidad de rebaja"; otro, ya reformado, de 118 metros cuadrados se ofertaba a 9,5 millones de pesetas; por un tercero de la misma superficie se pedían 9,75 millones de pesetas. Los dos primeros ya están vendidos, a pesar de que las inmobiliarias afirman que hay poca demanda de pisos por la situación de deterioro de la zona.

El precio del metro cuadrado en el barrio de Ballesta puede situarse entre 60.000 y 85.000 pesetas, cantidades que contrastan con las 150.000 y las 200.000 pesetas que, según la agencia inmobiliaria Almi, se alcanzan en otras calles cercanas. El informe del centro de estudios inmobiliarios Tecnigrama correspondiente a los pasados meses de agosto y septiembre corrobora esta diferencia. Pisos rehabilitados en la calle de Jesús del Valle, a unos 200 metros de Ballesta, se vendían este verano entre 162.000 y 166.000 pesetas el metro cuadrado. Esta cifra aumentaba en la calle de San Bernardo, a unos 400 metros de Ballesta, en donde se alcanzaban cantidades por metro cuadrado que oscilaban entre las 210.000 y las 221.000 pesetas.

"Es posible que se haya alentado alguna expectativa, pero el Ayuntamiento no ha detectado este movimiento de compraventa", dijo ayer Ginés Meléndez, concejal presidente de la junta municipal de Centro. "únicamente podríamos notarlo en el caso de que se incrementara el número de peticiones de licencias para hacer reformas, hecho que no se ha producido". Meléndez informó que en los últimos meses se han producido algunas consultas sobre los pasos a seguir para rehabilitar un edificio de la calle de la Ballesta. "Sin embargo, no ha habido aún ninguna petición en firme", aseguró el concejal.

Limpiar la zona

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Los bajos precios ofertados en la zona de la Ballesta y el anuncio de que existe una voluntad de limpiar el barrio de prostitución y tráfico de drogas han hecho despertar el mercado inmobiliario después de un largo letargo. Varios pisos de las calles de la Ballesta, Puebla, Barco o Valverde han puesto carteles de venta en las ventanas, y otros, después de mucho tiempo de estar pendientes de compra, han sido adquiridos como vivienda habitual o como artículo especulativo. Para los que han adquirido una vivienda con este último fin, se trata de esperar y confirmar si la voluntad del Ayuntamiento es tan sólo una declaración de intenciones con vistas a la galería o se concreta en unas actuaciones de mayor alcance que las ya adoptadas. De ser así, el precio del piso podría triplicar su valor.

Ginés Meléndez aseguró que, además de mejorar el alumbrado, la junta se ha dirigido ya a la Empresa Municipal de la Vivienda para que incluya la zona en uno de los programas de rehabilitación de viviendas. Asimismo se quiere continuar la política, iniciada antes del verano, para erradicar los centros de distribución de droga y acabar con las irregularidades administrativas de pensiones y locales comerciales.

Meléndez explicó que existen problemas jurídicos para el cierre de oficinas que actúan comopensiones encubiertas; asimismo manifestó que, tras la primera campaña de control, los titulares de tres pensiones han dado de baja sus establecimientos, con lo que se dificulta el control, a no ser que se obtenga un mandamiento judicial.

Meléndez manifestó, por último, que la próxima reforma de la Gran Vía debe ser aprovechada para terminar con el deterioro de la zona tanto de la calle de la Ballesta como de la Montera. "Si se arregla la Gran Vía, deberá actuarse no sólo en este escaparate de la ciudad, sino también en todo su entorno que debe beneficiarse del cambio de alumbrado, de la reposición del mobiliario urbano o de la mejora de las aceras", dijo el concejal.

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