Un Beethoven ejemplar
La Orquesta de la Gewandhaus, de Leipzig, está en la raíz del sinfonismo alemán. Existe desde 1781 y fue su titular Félix Mendelssohn. Desde 1970 la tiene a su cargo Kurt Masur (Silesia, 1927), una de las primeras figuras musicales de la República Democrática Alemana. No es la primera vez que orquesta y maestro nos visitan, pero esta presentación en el Auditorio Nacional despertó el interés natural.Programa Beethoven-Schumann. El primero, con la obertura de Egmont, más la Leonora 3, dada como propina; el segundo, con el Concierto para violín, escrito en 1853, tres años antes de la muerte del compositor, nunca tocado durante su vida y descubierto en 1935, cuando lo tocó en Berlín Kulemkampff, dirigido por BÓhm. Obra siempre problemática, alterna bellezas ciertas con pasajes de no menos cierta indecisión. Tocó, con calidad y rigor profesoral, el concertino de la orquesta, Karl Suske.
Orquesta de la Gewandhaus, de Leipzig
Director: K. Masur. Solista: K. Suske, violinista. Obras de Beethoven y Schumann. Día Universal del Ahorro. Auditorio Nacional, 31 de octubre.
En cuanto al Beethoven de Masur, se inscribe en la mejor tradición que el maestro revive, más que evolucionarla, desde la potente belleza, tan rica en frecuencias graves, de los músicos de Leipzig, la exacta preparación y la continuidad tensa, siempre razonada, de las exposiciones, cuyos tiempos -como en los grandes maestros de ayer-, son a veces acelerados o retenidos, mas nunca suena a puro capricho sino a necesidad lógica de los planteamientos iniciales. Estupendo director y magnífica orquesta nos depararon lo que no es frecuente: un Beethoven ejemplar. El éxito fue total y caluroso.
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