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González viaja a Lisboa con el objetivo de superar los recelos entre ambos países

El presidente del Gobierno, Felipe González, viaja mañana a Lisboa para protagonizar la quinta cumbre hispano-lusa desde 1983, con un objetivo fundamental en su agenda: vencer algunos de los recelos políticos que aún subsisten con respecto a España en el país vecino, dijeron fuentes gubernamentales. En concreto, la idea reiterada en los últimos días por González, de llegar a un "mercado ibérico unificado" antes de 1992, ha suscitado voces de alarma en no pocos sectores portugueses.

González iniciará mañana por la mañana la que es considerada como la más importante de las cumbres ibéricas celebradas hasta el momento, dada la proximidad de la presidencia española de la Comunidad Europea y la urgencia que se aprecia por poner en marcha algunos planes conjuntos hispanolusos, concretamente en materia de transporte e infraestructura viaria.Acompañado de los ministros de Asuntos Exteriores, Economía, Obras Públicas y portavoz del Gobierno -es la primera vez que Rosa Conde viaja con el presidente al exterior-, González tiene previsto un programa de dos días en Lisboa que incluye, además de entrevistas con su colega, el centrista Aníbal Cavaco Silva, y con el presidente de la República, el socialista Mario Soares, encuentros con empresarios y parlamentarios. También viajan a la capital portuguesa los secretarios de Estado para las Relaciones con la CE y de Comercio, y altos funcionarios de los Ministerios de Industria y Transportes.

La actual cumbre, que es, además, la segunda visita oficial de González a Portugal, se produce cuando las cifras de comercio hispano-portugués se han disparado y cuando, al margen de los contactos oficiales, los intercambios a nivel privado conocen un desarrollo inédito entre dos países tradicionalmente "vueltos de espaldas", según expresión de representantes de la Administración española. "Portugal y España son los países del futuro en la CE, y los empresarios de ambas partes se han dado perfecta cuenta de ello", comentó ayer un diplomático portugués en Madrid. En la actualidad, España es el primer suministrador y el segundo inversor de Portugal. Las importaciones y exportaciones se. han casi triplicado desde 1985.

Portavoces oficiales españoles subrayaron ayer que, en la actualidad, y contra lo que ocurría hasta hace dos años, no existen contenciosos entre los dos vecinos ibéricos en el terreno comercial. Pero ello, admitieron, no quiere decir que la idea de llegar a un único mercado ibérico, con la práctica abolición de las fronteras antes de 1992, como es la idea avanzada por Felipe González, no cause alarma en Portugal, que teme una invasión de productos españoles. La balanza comercial sigue siendo netamente favorable a nuestro país: en los ocho primeros meses de este año, las importaciones provenientes de Portugal ascendieron a 104.000 millones de pesetas y las exportaciones al país vecino, a algo más de 190.000 millones. Reticencias

Sin embargo, las mayores reticencias de Portugal siguen haciendo referencia a temas defensivos, que, al menos en teoría, quedarán, excluidos de esta cumbre: Lisboa trata, según dijo recientemente Cavaco, de llegar a un acuerdo defensivo con Marruecos (algo de lo que el Gobierno español, al menos oficialmente, "no ha tomado todavía nota"), mientras los portugueses, según dijo hace una semana su ministro de Defensa, Eurico de Melo, advierten que "nunca fuerzas portuguesas se colocarán bajo mando español". Ello no obsta para que, gracias a las concesiones españolas, Lisboa haya levantado su veto para que la OTAN acepte elplan hispano de colaboración militar con la Alianza Atlántica.

Por lo demás, son de prever, como consecuencia de esta cumbre acuerdos en materias de obras públicas y transportes, así como sobre pasos fronterizos: la agilización del paso en las fronteras ha sido objeto de reuniones entre expertos de los respectivos ministerios del Interior, donde, aparentemente, preocupan poco las continuas escapatorias de notorios delincuentes españoles hacia Latinoamérica vía Portugal. "La frontera hispano-portuguesa se pasará cada vez con mayor facilidad", según advirtió ayer un alto funcionario de la Moncloa.

En lo referente a terceras naciones, Lisboa quiere el apoyo de Madrid para crear en la capital portuguesa un centro de estudios y formación para la ayuda al desarrollo, informa Nicole Guardiola. También está interesado Portugal en la participación del Gobierno y empresas españolas en el plan de reconstrucción de Angola, también llamado miniplan Marshall para Angola.

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