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Revilla asegura ante el juez que desconoce las gestiones de su familia para abonar el rescate

El juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren presionó ayer al empresario Emiliano Revilla con el fin de intentar conocer datos sobre el rescate pagado por su liberación, según informaron fuentes próximas al caso. El magistrado se trasladó nuevamente al domicilio del industrial soriano, con quien estuvo durante más de dos horas. Emiliano Revilla afirmó desconocer cualquier actividad de su familia sobre estas gestiones económicas y precisó que ni siquiera les preguntaría porque encontraría lógica y normal su ayuda.

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La investigación del magistrado Carlos Bueren sobre el rescate está justificada puesto que si tuviera constancia de algún pago a ETA podría iniciar acciones contra los responsables por presunta cooperación con una organización terrorista. Asimismo las indagaciones del magistrado han tenido como objetivo el impedir que llegara a manos de dicha organización dinero procedente de la extorsión.Para ello el magistrado ha sometido a vigilancia las cuentas y negocios de la familia Revilla aunque sin obtener resultados positivos, según fuentes próximas al caso.

Los mismos medios no descartan que el juez tome declaración también a algunos miembros de la familia, aunque se tiene la convicción de que esa investigación quedará diluida en un mero trámite de recoger sus manifestaciones.

Ninguna familiar o intermediario de un secuestrado ha sido objeto de acciones judiciales por entregar un rescate a la organización terrorista, a pesar de que la policía ha tenido conocimiento de que alguno de ellos entregó dinero después de haber sido liberado, según fuentes del Ministerio del Interior.

Solo el juez Carlos Bueren competente también en el caso Sokoa, ha tomado declaración a numerosos empresarios vascos que figuraban en una lista intervenida a ETA como pagadores del impuesto revolucionario. Sin embargo el juez no ha tomado ninguna decisión sobre el asunto

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Sin identificar

El juez continúa sus pesquisas para tratar de identificar sin género de dudas a los integrantes del comando de ETA que secuestró al empresario. El Ministerio del Interior atribuyó el secuestro a los activistas de ETA José Luis Urrusolo Sistiaga, Idoia López Riaño y Antonio Gabiola Goyogana. Sin embargo, el juez no dispone de pruebas concluyentes para confirmar tales atribuciones.Emiliano Revilla no pudo identificar ante el magistrado a los activistas que lo secuestraron argumentando que siempre llevaban unos gasas o paños que ocultaban parcialmente sus rostros. El industrial precisó que uno llevaba gafas oscuras probablemente para ocultar unos ojos fácilmente identificables o característicos.

Los tres activistas de ETA son miembros del antiguo comando Madrid, especialmente Urrusolo Sistiaga actual responsable del grupo. Urrusolo Sistiaga formó parte de este comando entre 1982 y 1985, una de las épocas más sangrientas de este grupo en la capital de España.

Según fuentes policiales, la dirección le encomendó la reorganización del comando Madrid, tras la importante caída del grupo que le sucedió.

El magistrado también investiga la localización del lugar donde permaneció Revilla, que algunas fuentes policiales sitúan en la zona norte de Madrid, posiblemente en la infraestructura no descubierta en la anterior operación policial contra ETA en la capital de España.

El juez de la Audiencia Nacional ha ordenado a la policía que investigue la procedencia de las ropas y objetos que los terroristas entregaron a Revilla, incluida la tarta, para que se aclare su procedencia. A la toma de declaración asistieron, además del juez, el jefe de la Brigada Central de Información, el jefe de la Brigada Regional de Información de Madrid, policías de la Audiencia Nacional, la fiscal del caso, Ana Mejía, el médico forense, Garrido Lestache, y el abogado del industrial, Rafael Vázquez.

Fuentes próximas al caso aseguraron que la familia se comprometió a pagar otros 300 millones de pesetas una vez que el empresario fuera liberado.

Por otra parte, fuentes jurídicas presentes en la declaración de Emiliano Revilla aseguraron que el empresario sufre el síndrome de Estocolmo "puesto que no se comporta como alguien que ha estado tanto tiempo privado de libertad y solo ha expuesto aspectos positivos de la relación que mantuvo con sus secuestradores". Según la declaración ante el juez, el zulo donde estuvo retenido lo componían dos habitáculos comunicados, en uno de los cuales estuvo Revilla y en el otro las cuatro personas que le custodiaban.

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