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Andreotti revela una oferta de Moscú al Vaticano durante la época de Mussolini

Juan Arias

La Unión Soviética intercedió ante el Vaticano en tiempos de Benito Mussolini para conseguir la liberación de los dirigentes comunistas Antonio Gramsci y Umberto Terracini a cambio de la liberación de dos sacerdotes católicos -que el Vaticano podría escoger- de las prisiones de la URSS. Los documentos provenientes del archivo vaticano sobre esta oferta -que buscaban en vano hace años los historiadores comunistas- fueron publicados ayer en el diario Il Tempo, de Roma, por el actual ministro de Asuntos Exteriores italiano, Giullo Andreotti.En la obtención de los documentos jugó un papel clave el español Eduardo Martínez Somalo, hoy cardenal y prefecto de la Congregación de Sacramentos y Culto Divino, cuando hace unos meses era aún sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano.

Paolo Spriano, que acaba de morir, había recibido la noticia de los archivos soviéticos, pero muchos alegaban que, hasta que tales documentos no aparecieran también en los archivos vaticanos, no tenían valor.

Andreotti desvela una carta del encargado de los asuntos internos de la URSS en Berlín, dirigida al entonces nuncio en la capital alemana, el arzobispo Eugenio Pacelli, futuro Pío XII, quien la envió al secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Gasparri. El ministro italiano de Exteriores publica también la respuesta del Gobierno fascista a una carta del secretario de Estado vaticano dirigida a Mussolini. La nota del Gobierno afirma que no puede intervenir en favor de los dirigentes comunistas porque "se trata de procesados aún bajo el juicio del Tribunal Especial para la defensa del Estado".

La carta añade que apenas finalice el proceso -"que, creemos, excluirá la pena de muerte", dice- el Gobierno se interesará con "gran benevolencia" en obtener un acto de clemencia a favor de Gramsci y Terracini para que el Vaticano pueda así obtener la liberación de los dos sacerdotes de las cárceles soviéticas.

Se sabe que al final Gramsci y Terracini fueron condenados a largos años de cárcel y que no fueron agraciados. Nada se sabe, en cambio, de los sacerdotes que podían haber sido liberados.

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