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Antes de enero serán autorizadas las primeras gasolineras de multinacionales

ALBERTO VALVERDE, El Ministerio de Industria y Energía, en cumplimiento de los acuerdos alcanzados con la Comisión Europea para desmonopolizar la distribución de carburantes, tiene previsto autorizar antes de fin de año el primer paquete de estaciones de servicio y gasolineras propiedad o abanderadas por las empresas multinacionales. La autorización administrativa se realiza cuando la compañía Campsa está a punto de llegar a un acuerdo con dichas empresas para el alquiler de su red logística de distribución, lo que permitirá fuertes ahorros en inversiones de infraestructura a las compañías extranjeras.

Una vez publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el reglamento para el establecimiento de nuevas gasolineras, que incluye una reducción a la mitad del régimen de distancias, Industria ha recibido varias decenas de solicitudes. Corresponden, en su mayoría, a empresas particulares o personas físicas, sin que el nombre del distribuidor o compañía abanderada aparezca formalmente. Sin embargo, presentan el contrato preceptivo. de garantía de suministro, que, al no figurar con Campsa, se estima que corresponde a empresas extranjeras.Varias empresas multinacionales, entre las que figuran British Petroleum (BP), la holandesa Shell y la francesa Total, han mostrado interés por estar presentes en el mercado. Muchas de ellas ostentan el estatuto de operadores, lo que les permite distribuir en España los cupos de importación de productos procedentes de la Comunidad Europea (CE). Hasta la fecha, esta distribución se ha hecho a través de Campsa, ante la inexistencia de una regulación oficial de la venta al detalle.

Doble protección

La publicación de esta reglamentación en el BOE no va a provocar, sin embargo, un cambio inmediato, debido en parte al retraso que se produce entre la autorización de la apertura de la estación y su puesta en marcha. Causa más importante en este retraso es, en cualquier caso, la naturaleza de los acuerdos alcanzados con la CE que establecían un período de incremento paulatino, vía cupos, de las importaciones hasta su total liberación en 1991.

El período de adaptación pretendía proteger a las empresas refineras españolas frente a esta competencia exterior. Enla práctica, sin embargo, se ha convertido en un sistema para vender, hasta 1992, unos excedentes de producción extranjeros que, mediante acuerdos forzados con Campsa a través de las presiones ejercidas en Bruselas, ni siquiera tienen que realizar esfuerzos comerciales.

Para el período de libre venta, que comenzará a principios de 1992, las multinacionales se encuentran negociando con Campsa la posibilidad de establecer acuerdos que les permitan el uso de su red logística de distribución, tales como oleoductos, almacenamientos y camiones de entregas a las gasolineras. Fuentes de Campsa han reconocido la existencia de conversaciones avanzadas con varias empresas multinacionales, pero han advertido que "en ningún caso se permitirá el alquiler de la red a un precio inferior al que pagan los socios españoles de la compañía".

La firma de acuerdos de este tipo entre Campsa y las multinacionales permitirá a Campsa, aparte de rechazar la acusación de "posición dominante del mercado" que podría plantearse en Bruselas, una mejor utilización y amortización de su red, con el subsiguiente beneficio para todos sus socios. A las multinacionales les proporcionará ahorros importantes en inversiones de infraestructura.

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