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Tribuna:EL OMBUDSMAN
Tribuna
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La cuna del descubrimiento

El secretario de la Comisión Municipal del V Centenario del Ayuntamiento de Palos de la Frontera, Julio Izquierdo Labrado, se duele de que "un diario de tanto prestigio como EL PAÍS" desconozca que "el puerto de donde partió Colón en su primer viaje a América nunca se llamó Palos de Moguer", como se decía en una información publicada el 18 de septiembre. Nada de Palos de Moguer: "Únicamente Palos", escribe Izquierdo, "y desde 1642 -tiempo suficiente para conocer la noticia-, Palos de la Frontera".En la labor por deshacer el error toponímico -llegó incluso a los libros escolares-, el Ayuntamiento de Palos de la Frontera ha conseguido que se rectifique "en las publicaciones modernas, en las calles de muchas ciudades españolas e incluso en una de las estaciones del Metro de Madrid, hace un par de años".

La reiterada confusión, de la que justamente se lamentan los vecinos de la villa, proviene "de algunos desinformados cronistas de Indias". Palos (su nombre proviene del latín palus, laguna: aquí hubo una, según el poeta y geógrafo romano Rufo Festo Avieno, del siglo IV antes de Cristo), a raíz del descubrimiento, sufrió una vertiginosa despoblación. En las dos décadas siguientes a la partida de Colón pasó de 2.500 habitantes a 700. A lo que parece, este despoblamiento y su corta distancia de Moguer (siete kilómetros) llevó a que el primer cronista del Nuevo Mundo, el madrileño Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557), en su Historia general y natural de Indias, escribiera que Colón, después de entrevistarse con los Reyes Católicos en Granada, "se fue a la villa de Palos de Moguer para prinçipiar su viage". Aunque pocas líneas más adelante dice que Colón "en el nombre de Jesus mandó desplegar las velas y salió del puerto de Palos por el rio de Saltes a la mar Océana con tres caravelas" (...), historiadores posteriores, como López de Gómara (1511-1566) -aunque no estuvo en América escribió una historia de las Indias para la que tomó muchos datos de Fernández de Oviedo-, repitieron lo de Palos de Moguer, error que se ha ido arrastrando hasta hoy, y que también ha cometido EL PAÍS.

Palos de Moguer nunca ha existido oficialmente. Primero fue simplemente Palos, cuna del descubrimiento de América, y desde hace casi 250 años, Palos de la Frontera.

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Frases textuales

Firmado por M. S., EL PAÍS publicó un artículo titulado 'Virus replicantes' (suplemento Domingo, 11 de septiembre) que llama la atención del lector Carmelo Rodríguez Rey: varios párrafos "son copia literal de parte del trabajo 'El SIDA: inmunidad y vacunas', aparecido en la revista Mundo Científico" en enero de 1988. Sus autores son los investigadores Fernando Plata (colombiano) y Simon Wain-Hobson (inglés). El lector señala una "posible falta de ética profesional al no citar la fuente original de la que se han copiado tantas frases".

M. S. (Mayka Sánchez), que reconoce haber transcrito textualmente una pequeña parte de lo que Plata y Wain-Hobson publicaron en Mundo Científico, alega en su defensa: "Consideré que no era necesario [citar la fuente] por tratarse de muy pocas líneas, y por exponerse además hechos objetivos, no opinables". "Lamento haber cometido un error", añade, 'aunque también creo que es exagerada o demasiado dura la acusación de 'falta de ética profesional', cuando siempre trato de ser rigurosa en el tratamiento de la información y respeto al máximo las fuentes, tanto en la reproducción de los datos que se me facilitan como en la cita de las mismas". Asegura que no intenta arrogarse conocimientos, informaciones y opiniones que no son de su propia cosecha.

"La procedencia de una información", reza el Libro de estilo de EL PAÍS, "ha de mencionarse siempre". En este caso, aunque no haya habido una deliberada intención de ocultarla, según Mayka Sánchez, era de rigor hacerlo. Además, las frases textuales tomadas de Plata y Wain-Hobson habrían adquirido un especial valor si hubieran sido aludidos los autores: dirigen conjuntamente el Laboratorio de Biología e Inmunología Moleculares de los Retrovirus en el Instituto Pasteur.

Una ciudad grande

En una crónica que trataba de la reunión del comité internacional del Fondo Monetario Internacional celebrada en Berlín Occidental (EL PAÍS, 26 de septiembre), al enviado especial Alberto Valverde se le escapó escribir que esta parte de la.antigua capital de Alemania es una "pequeña ciudad". Isabel Linhard de Hoffman protesta con razón: Berlín Occidental -donde reside- no es una ciudad pequeña, tiene una superficie de 480 kilómetros cuadrados.

El periodista reconoce que cometió un error. "El hecho de que apareciera en mi crónica la frase 'la pequeña ciudad de Berlín rodeada de un muro' es, evidentemente, un lapsus cálami mío, quizá fruto de la sensación de aislamiento que produce, para un primer visitante como era yo, llegar a una ciudad aislada como Berlín Occidental".

Para darnos una idea del tamaño de este empequeñecido Berlín pensemos, por ejemplo, en la ciudad de Valencia. ¿Alguien diría que Valencia es pequeña? Pues Berlín Oeste ocupa una superficie tres veces la valenciana. No cabe duda que lo de "pequeña" fue un simple tropiezo de la pluma de Valverde a la hora de transmitir con urgencia su crónica. Berlín Occidental es una ciudad grande.

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