Un juez holandés debe decidir si un 'padre biológico' puede ver a su hijo

El enfrentamiento entre una pareja de lesbianas, que mantienen una relación estable y tienen un niño de un año, y el padre biológico del bebé, un amigo de ambas, casado y que accedió a ser el donante para la inseminación artificial de una de ellas, está produciendo verdaderos problemas en Holanda. El juez de menores de Utrecht tendrá que dictar sentencia, antes de 15 días, sobre el régimen de visitas del progenitor, que no puede ver al pequeño, desde que las dos mujeres le pidieran su colaboración para tener otro hijo y él se negara.

El caso de Utrecht se remonta al año 1986, cuando una amiga de la pareja de lesbianas les dijo que su marido estaba dispuesto a participar en una inseminación artificial. En julio de 1987, nació el niño que, educado por las dos mujeres, recibía visitas regulares del padre biológico. La armonía se quebró este año con una riña al negarse éste a ceder su esperma para otro bebé. El asunto fue llevado a los tribunales y los abogados de ambas partes se intercambian ahora agn'os argumentos. El letrado del hombre dice que está siendo castigado por sus ex amigas. El de éstas sostiene que no son necesarias las visitas de un progenitor.

Sin embargo, en Holanda el régimen de visitas puede ser otorgado a aquellas personas cuya presencia es beneficiosa para el pequeño, sean o no miembros de la familia. Por eso la decisión del juez de Utrecht tendrá mayor trascendencia, sin olvidar que se pronunciará también sobre la importancia de la identificación masculina y femenina desde el principio de la vida de un bebé. Esta sentencia podría alcanzar incluso a la definición de la patria potestad, pues la madre del niño y su compañera han anunciado su intención de no acatar una decisión contraria.