Un traficante multinacional
Adnan Kashogui, de 52 años, multimillonario traficante de armas saudí -famoso en España por sus apariciones públicas con la jet de la Costa del Sol, donde posee una lujosa. residencia-, consideró siempre a Estados Unidos como un refugio más seguro para su dinero que Europa o el Próximo Oriente.
La aventura norteamericana de Kashogui viene de lejos, de los tiempos felices en que a. sus bolsillos llegaban saneadas comisiones por la venta a su país, Arabia Saudí, de avanzado material militar de: empresas, tales como Lockheed o Raytheon.
Sus inversiones norteamericanas empezaron a tener problemas a partir 1975. Su nombre apareció relacionado con el escándalo de las comisíones pagadas en el exterior -para conseguir contratos-por importantes compañías dedicadas al negocio de las armas. Tras la investigación de sus negocios, por parte del Senado de Washington, se vió apartado de Estados Unidos.
Su fama y sus amistades le abrieron las puertas de la Casa Blanca, y prometió construir una red prosaudí en Estados Unidos para contrarrestar el lobby israelí. Operaba principalmente por su cuenta, como una especie de hombre-multinacional, utilizando sus contactos y su generosa hospitalidad para conseguir negocios en todo el Tercer Mundo, incluyendo Egipto, Zalre, Kenia, Brunei y las Seychelles. Su plan más ambicioso fue el Sudán donde, a través de su íntimo amigo, el presidente Numeiri, consigulo unas asombrosas concesiones, culminando con el derecho a la mitad de las acciones de una nueva empresa petrolera nacional.
El nombre del millonario saudí salió a la luz tras el escándalo de la venta de armas entre Estados Unidos e Irán, el polémico Irangate. Otros traficantes de armas se quedaron asombrados de que agentes de Washington tuvieran que implicar a Kashogui en una operación tan secreta., que ellos podrían haber llevado a cabo de una manera sencilla a través de traficantes de armas israelíes que estaban mucho más ligados a Irán.
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