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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Cara y cruz de la Seguridad Social

Queremos empezar dando las gracias a la Seguridad Social por haberle salvado la vida a nuestra hija, y a todo el personal sanitario de urgencias de La Fe, de Valencia, así como al del hospital General de Albacete y al de Urgencias de Villarrobledo.El percance tuvo lugar el pasado día 18 de septiembre, a eso de las 2.30, cuando mi hija, de año y medio, que estaba comiendo garbanzos tostados, al llevarse un pequeño susto se tragó un trozo de garbanzo por el conducto respiratorio, con tan mala fortuna que fue a parar a un pulmón. Esto ocurrió en nuestro pueblo, Villarrobledo, a 80 kilómetros de Albacete. En el centro de urgencias de Villarrobledo nos enviaron a urgencias de Albacete. En ambos sitios se nos atendió con celeridad, profesionalidad y humanidad por parte del personal sanitario.

Sin embargo, cuando en Albacete se observó que no podían hacer nada por evitarle la asfixia, que avanzaba a pasos agigantados, decidieron enviamos a La Fe, de Valencia. Y aquí, en este punto del recorrido afloró la chapuza nacional. Cuando se pidió una ambulancia para partir con urgencia, resulta que a la única que había dispuesta se le escapaba el aceite, indicándonos el ATS que no se hacía responsable del viaje, y allí, con nuestra hija asfixiándose por momentos, tuvimos que esperar casi una hora a que regresase otra ambulancia de un pueblo lejano donde se hallaba. Allí nos consumíamos de rabia e impotencia, al ver que no podíamos hacer nada por ayudar a nuestra hija para emprender el camino.

Por fin llegó la ambulancia, y la pericia del ATS que nos acompañó con la bombona de oxígeno y una gran profesionalidad hizo el milagro de mantener con vida a nuestra hija hasta las ocho de la tarde, hora en que llegamos a La Fe. El viaje fue interminable, porque muchos coches no cedían el paso en la carretera. No obstante, el personal sanitario de La Fe cogió a mi hija en las últimas y, dejando aparte del quirófano un caso menos urgente, le salvó de una asfixia inminente. Esta intervención, así como la recuperación posterior, nos hacen agradecer para siempre todas las atenciones recibidas en Valencia.

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Por tanto, queremos insistir en el agradecimiento por el final feliz del percance. Sin embargo, nos queda el amargo sabor de ver que, por una negligencia de alguien en el tema de la ambulan cia, nuestra hija pudo perder la vida. Para evitar que esto pueda

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