Coche bomba contra una tanqueta

MIKEL MUEZ, Un guardia civil resultó muerto y otros siete heridos en un atentado perpetrado a las 22.45 horas de la noche de ayer en la calle Larraina de Pamplona al hacer explosión un coche bomba cargado con 30 kilos de explosivos y otros tantos de metralla al paso de una tanqueta de la Guardia Civil que acaba de realizar un relevo en la cárcel provincial de Pamplona situada a tan solo un centenar de metros del lugar del atentado. El vehículo, situado en segunda fila, fue accionado mediante un mando a distancia.

El fallecido es Julio Gamboso Otero, de 31 años de edad, natural de la localidad de Benavente (Zamora), casado y con dos hijos y guardia segundo del cuerpo. Gamboso era el conductor de la tanqueta en la que también viajaban los guardias Rafael Checa Bermúdez, que resultó con heridas en cara y tímpano; Francisco Javier Montoya Martínez, con contusión en rodilla y diversos hematomas; Vicente Ollero Montes, con fractura de clavícula y rótula izquierda, Paulino Parrilla Galdón, con heridas en la cara; José Luis Alonso Gaoria, con heridas en brazo; Ángel Segura Coto, con contusión en tímpano y Felipe Cruz Ávila, con heridas en córnea.

ETA se atribuyó anoche la autoría del atentado en una llamada telefónica a la asociación de ayuda en carretera (DYA), de Navarra. El comunicante señaló también que tres personas se encontraban atadas a unos árboles cerca de la localidad de Estella. Dos de estas personas viajaban en el coche bomba, y la tercera, en el Renault 21 en el que huyeron los autores del atentado.

El vehículo utilizado para perpetrar el atentado era, según fuentes de la Delegación del Gobierno en Navarra, un Rover Sherpa, de color blanco, que llevaba matrícula falsa. La explosión afectó de lleno a la tanqueta de la Guardia Civil cuando ésta pasaba a la altura del número 3 de la calle Larraina, y la hizo girar sobre su propio eje arrojándola junto a la acera. Un Land Rover del convoy que precedía a la tanqueta resultó intacto, al igual que ilesos los cuatro guardias que viajaban en su interior.

Todos los heridos fueron trasladados a los pocos minutos de producida la explosión al hospital de Navarra. Julio Gamboso Otero fue intervenido quirúrgicamente pero falleció debido a las gravísimas heridas que sufrió en la cabeza.

La onda expansiva destrozó por completo una docena de vehículos aparcados junto al lugar de los hechos y provocó la rotura de cristales y graves desperfectos materiales en diversos establecimientos.

El presidente del Gobierno de Navarra, el socialista Gabriel Urralburu, acudió personalmente al lugar de los hechos, al igual que el alcalde Pamplona, Javier Chourraut. Urrariburu pidió a la población "calma, serenidad y fuerza en el rechazo de la violencia, que proviene", señaló, "del fanatismo y la intolerancia".