El 'todovoto'
Los diputados democristianos organizaron bajo cuerda un todovoto, es decir, una quiniela con premio y todo. Mientras, en el Parlamento se dramatizaba y se pronunciaban expresiones tan gruesas como "golpe de Estado" y "prevaricación de la mayoría", y volaban insultos entre miembros del Gobierno y de la oposición.La porra fue ganada, curiosamente, por el diputado Vincenzo Benedetto Nicotra, siciliano, que había llegado a votar tomando trenes, coches y aviones por miedo a que lo castigara el partido.
El onorevole Nicotra se equivocó sólo por un voto y recibió el premio de una corbata multicolor de Enrico Coveri. Otras cinco corbatas se quedaron desiertas (los organizadores pensaban que iba a haber más de un adivinador del resultado).
No han faltado las ironías. Como el jefe del Gobierno, Ciriaco de Mita, salía ayer para Moscú en visita oficial, algunos democristianos decían con sorna que tenía que informar al número uno soviético, Mijail Gorbachov, que ha hecho su gran revolución con el voto por mano alzada. Los comunistas italianos han librado la batalla con riesgo de hacer caer al Gobierno para defender el voto secreto.
Los comunistas, por su parte, ironizan con los socialistas diciendo que, tras haber defendido a capa y espada la desaparición del voto secreto en el Parlamento, ahora pedirán, como prueba de democracia del PCI, que éstos voten en sus cuestiones internas con voto secreto y no por mano alzada, "método poco democrático pero utilizado por los comunistas".
Un caricaturista ha dibujado una viñeta que no ha podido dejar de hacer reír a todos una vez que se ha desinflado la tensión y cada uno se ha ido a su casa convencido de haber ganado la batalla: dibuja al general Augusto Pinochet, tras el reciente plebiscito chileno, enfadadísimo y gritando: "Todo es culpa del voto secreto".
El vicesecretario socialista, Claudio Martelli, ha citado con ironía incluso hasta a Lenin, diciendo que ahora la política italiana será "legible hasta para una cocinera".
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