El fortalecimiento de las divisas frente al dólar acentúa el debilitamiento del franco en el SME
La publicación del déficit comercial de Estados Unidos -12.180 millones de dólares- correspondiente al pasado mes de agosto no ha hecho sino acelerar el proceso de caída del tipo de cambio del dólar frente al conjunto de las monedas de los países industrializados, y que las tensiones en el seno del Sistema Monetario Europeo (SME) aumentarán como hacía varias semanas que no ocurría. Las presiones dentro del SME se centraban ayer sobre una depreciación del franco francés que estaba obligando al Banco de Francia a intervenir de forma cuantiosa. La peseta se mantuvo frente al marco alemán ligeramente por encima de las 66,10 pesetas.
El tipo de cambio del dólar mantuvo ayer, antes de que se diera a conocer la cifra del déficit comercial, su tendencia a la baja como consecuencia de la publicación de algunos indicadores económicos previos, como la evolución de la tasa de desempleo en Estados Unidos. Estos datos mostraban un cierto enfriamiento de la economía norteamericana y alejaban, al menos temporalmente, temores a que se necesitaran nuevas subidas de los tipos de interés. Por esta causa, el dólar cedió ayer en el mercado japonés 1,67 puntos, hasta situarse en 127,98 yenes. En Madrid, el Banco de España marcó un fixing de 121,177 pesetas, con una caída de casi 1,3 pesetas.La cifra del déficit no hizo sino aumentar estas tensiones a la baja del dólar frente a todas las divisas en los mercados que aún seguían abiertos.
La evolución del comercio exterior de Estados Unidos, con un aumento del 3,9% de las exportaciones y del 10,4% de las importaciones, no haría sino acelerar un nuevo ajuste, aunque, según algunos analistas, las cifras del déficit no se alejan demasiado, en términos anuales, de las previsiones. Nueva York inició una sesión orientada a la baja y la divisa de Estados Unidos llegó a situarse cerca de las 119 pesetas.
Junto a estas cifras, las tensiones en los mercados frente a algunas de las divisas de los países miembros del Sistema Monetario Europeo volvieron a recrudecerse. El franco francés es, como viene ocurriendo en las últimas semanas, el blanco de todas las especulaciones monetarias, que apuntan a un debilitamiento de la divisa francesa en cuanto surgen algunas nubes en el horizonte.
Intervenciones
El debilitamiento del franco obligó a fuertes intervenciones del Banco de Francia para impedir que el tipo de cambio frente al marco alemán siguiera deteriorándose. De hecho, el valor del franco apenas si se modificó respecto al marco alemán en la sesión de ayer.
En medios financieros se descarta que de inmediato pueda producirse un nuevo realineamiento de las paridades de las monedas en el seno del Sistema Monetario Europeo debido a tomas de posiciones políticas. Ello podría llevar, si se mantuvieran estas tensiones, a nuevas subidas de los tipos de interés a corto plazo en los países con monedas que se muestran ahora más débiles. El tipo de cambio del franco está oscilando desde el pasado mes de agosto, cediendo posiciones en un primer momento y recuperándose momentáneamente hasta que resurgen las tensiones y vuelve a iniciarse la escalada de las presiones para forzar movimientos en los tipos de cambio.
La peseta, por su parte, mantiene una posición fuerte, y las intervenciones del Banco de España han sido mínimas desde que se produjo el alza de los tipos de interés del pasado mes de septiembre, consecuencia del desbordamiento de las previsiones de inflación. A partir de entonces, las autoridades monetarias tuvieron que intervenir apenas dos días y para ayudar a frenar la apreciación de la peseta frente al marco alemán, moneda de referencia de las últimas semanas.
De hecho, las intervenciones se produjeron cuando el tipo de cambio frente al marco rozó las 66 pesetas, listón mínimo establecido por el Banco de España.
Hasta entonces, las variaciones de la peseta se habían situado en torno a 66,25-66,50 pesetas por marco, pero la sub¡da de los tipos hizo necesario rebajar esta banda hasta dejarla en 66 pesetas. Ayer, la divisa española se colocó en 66,135 pesetas por marco. Las ventas de divisas en aquellos días apenas sobrepasaron la cifra de 20 millones de dólares, cantidad considerada por los expertos como pequeña y poco representativa. A partir de entonces, el cambio frente al marco se ha mantenido dentro de los límites fijados por las autoridades económicas.
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