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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Castillo en ruinas

Leo en EL PAÍS una información sobre Ribelles haciendo alusión a mi persona, por lo que me permito rogarle publique la presente carta con el fin de rectificar algunos errores del citado escrito.Efectivamente, desde 1966 soy propietario por herencia familiar del castillo de Ribelles, en el interior del cual existe una iglesia románica que desde tiempo inmemorial es la parroquia de Ribelles; además, en su recinto se celebran actos cívicos y religiosos por parte de la población. El castillo, que estaba en perfecto estado de conservación y era un verdadero museo, fue saqueado y destruido por la revolución anarquista de 1936.

Desde que pudimos mi familia y yo regresar a nuestra casa después de la guerra civil, a pesar de las dificultades de entonces y de ahora, hemos hecho lo que hemos podido para seguir conservando el culto, tanto en la iglesia del castillo como en la del cementerio. Por mi parte, tuve que acometer las obras de la torre campanario, la techumbre de las dos iglesias, puertas de cerramiento, etcétera.

Otro tema es que al restaurar las paredes de la iglesia aparecieron unas pinturas románicas, lo que inmediatamente se comunicó al delegado de Bellas Artes de Lérida, don Luis Díaz Coronel, el cual dio orden de paralizar las obras. Éstas se han llevado siempre a cabo con todos los permisos necesarios. Tuve promesas de ayuda por parte de Bellas Artes, que nunca llegaron a cuajar. Cansado de esperar, conseguí autorización, con el fin de poder seguir las obras, para que un equipo pagado por mí procediera en agosto de 1977 a un perfecto y minucioso trabajo de descubrir y fijar las pinturas.

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Ahora bien, mi posición económica no me permite restaurar el conjunto, ni siquiera detener su progresiva ruina, a pesar de haber gastado mucho dinero en intentarlo. Como dice EL PAÍS, no he podido impedir la degradación del castillo, por lo que hemos llegado a un punto en que mi arquitecto y yo opinamos que es peligroso su uso por parte del público, por lo que, con verdadero dolor, he tenido que proceder a la declaración de ruina, pues de ninguna manera quisiera tener la responsabilidad de las desgracias que pudieran ocurrir, decisión que ha sido comunicada a los organismos de la Generalitat, Ayuntamiento, Diputación, Delegación de Gobierno y Obispado, en escritos y entrevistas personales con todas estas autoridades. Espero que estos organismos tomen sus decisiones para proceder en consecuencia mientras se me obliga a tenerlo cerrado.-

barón de Ribelles.

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