Los conservadores, contra el muro
La llegada del presidente de la República Democrática Alemana, Erich Honecker, a la Casa de la Villa, para recibir las llaves de la ciudad, fue respondida desde uno de los balcones del Ayuntamiento de Madrid con la frase "Fuera el muro", pronunciada a gritos por el concejal de Alianza Popular, Carlos López Collado. La postura del concejal fue completada por otros actos de protesta, acordados previamente por su grupo municipal, que originaron diversos problemas de protocolo. Ello no fue obstáculo para que, poco antes, el presidente aliancista, Antonio Hernández Mancha, acudiese a visitar a Honecker a El Pardo, ni para que diputados del Grupo Popular, como el portavoz Juan Ramón Calero, le saludasen afectuosamente en el Congreso.Sólo tres de los 20 concejales que tiene AP, no advertidos con tiempo de la actitud adoptada, acudieron al Patio de Cristales para saludar a Honecker. José María Álvarez del Manzano, portavoz de AP, no acompañó al alcalde, Juan Barranco, a la puerta del Ayuntamiento para dar la bienvenida al presidente alemán. Tampoco los miembros del grupo se quedaron a la recepción que siguió a la entrega de las llaves de oro, y aunque acudieron a ese acto, no aplaudieron el discurso de Honecker.
El grito de López Collado se produjo en el momento en que Honecker pasaba revista a una sección de la Policía Municipal en la plaza de la Villa. "Ha sido una reacción ante lo que considero uno de los hechos más vergonzosos del siglo XX: la existencia del muro de Berlín", dijo López Collado, ya acabado el acto. "Madrid hoy simboliza una ciudad abierta, por lo que no podemos dar las llaves de la ciudad a quien significa todo lo contrario", aseguró el aliancista.
En términos parecidos se pronunció Álvarez del Manzano, quien expresó su disconformidad con la existencia del muro. Afirmó que la frase pronunciada por López Collado había sido "un caso aislado", y que la decisión de no saludar a Honecker había sido tomada en el seno del grupo.
Honecker se refirió, en su discurso, al legado cultural de Madrid, y alabó las buenas relaciones de la capital española con Berlín, iniciada en 1983, a raíz del convenio de hermandad que firmó Enrique Tierno Galván.
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