Francia endurecerá las sanciones a los conductores temerarios

Las autoridades francesas se proponen castigar todavía con mayor severidad el exceso de velocidad y la conducción en estado de ebriedad, según declaró el lunes por la noche el secretario de Estado para la Seguridad en la Carretera, Georges Sarre, en el polémico programa de debate Mediations, que dirige el economista Frangois de Closets y que es emitido por la primera cadena de televisión.Sarre salió al paso de las violentas acusaciones lanzadas por familiares de fallecidos y heridos en accidentes de tráfico asegurando que "el Gobierno está al lado de las víctimas y no de los conductores ebrios o excesivamente veloces".

Los representantes de una asociación de defensa de los conductores aportaron el contrapunto de la apología del individualisrno y de la rapidez en la conducción.

El Gobierno del socialista Michel Rocard ha realizado durante este verano una espectacular campaña de control del tráfico, que ha llevado a centenares de retirádas automáticas del permiso de conducir por exceso de velocidad.

Con el Gobierno anterior del conservador Jacques Chirac, los jueces recibieron órdenes de dictar la prisión preventiva, sin posibilidad de libertad bajo fianza, contra los conductores ebrios responsables de accidentes con víctimas mortales.

El secretario de Estado aseguró también que el Gobierno estudiará nuevas medidas, entre las que se cuenta el carné de conducir con puntuación -que puede ser retirado con la acumulación de infracciones-, las, penalizaciones de las compañías de seguros contra los malos conductores, la retirada del vehículo junto al carné en caso de infracción flagrante, y una mayor severidad de los jueces.

El Gobierno francés desea también que las penas de prisión firme por infracciones graves se rediman mediante trabajo gratuito en hospitales donde se hallan internadas víctimas de accidentes de tráfico o en tareas de asistencia a los accidentados en la carretera.

Los familiares de víctimas de accidentes de tráfico exigieron la imposición de restricciones y controles a los constructores de automóviles, entre los que se podría contar la introducción de una caja negra en la que quedaría registrada la velocidad del coche en el momento del accidente, y el reloj de control en los peajes de autopista, que permitiría penalizar a los conductores que circulan a una velocidad promedio superior a la permitida.