Un surtidor de sangre.
El secretario de Estado de Hacienda, José Borrell, expuso ayer en las Cortes la ejecución de los Presupuestos Generales del Estado de 1988, pocos días antes de que el ministro de Economía, Carlos Solchaga, presente al poder legislativo el borrador de las cuentas correspondientes al ejercicio de 1989. Después de su comparecencia parlamentaria, Borrell accedió a donar sangre en una unidad médica instalada en el propio edificio del Congreso de los Diputados, a pesar de su baja tensión, según él mismo confesó con cierto gesto de temor. El secretario de Estado no estuvo solo en tan altruista acción: al responsable de Hacienda le acompañaron varios diputados y el presidente de la Cámara baja, Félix Pons.
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