Ozal liga su permanencia en la política al resultado del referéndum del domingo

El primer ministro turco, Turgut Ozal, lanzó el domingo por la tarde, en una intervención televisada, una auténtica bomba: "He reflexionado largamente", aseguró. "Dimitiré y me retiraré definitivamente de la política según el resultado del referéndum". Ozal se refería a la consulta popular que se celebrará el próximo domingo y que, en teoría, trata tan sólo de adelantar en unos meses las elecciones municipales, que debían celebrarse, inicialmente, la próxima primavera. A la postre, sin embargo, la votación puede decidir el futuro inmediato del Gobierno.

A la vista de que su popularidad no deja de disminuir (según los sondeos, el no puede alcanzar el 70%.), Ozal ha echado el resto. Un chantaje político al estilo del general De Gaulle, que abandonó el poder tras un referéndum perdido, en 1969. El primer ministro esgrime un tema clásico, el espectro de los años setenta, la época anterior al golpe de 1980 en la que el terrorismo costó más de 6.000 vidas."Yo o el caos, la estabilidad o la anarquía", ha dicho, aunque en otros términos, para salir del embrollo en que se encuentra desde la decisión del Parlamento, de agosto pasado, que votó una enmienda a la Constitución que permite adelantar las municipales al 13 de noviembre, en lugar de en marzo de 1989. Al no obtener la propuesta la mayoría de dos tercios (los votos del gobernante Partido de la Madre Patria no fueron suficientes), se decidirá en referéndum.

La oposición ha utilizado esta gran ocasión para intentar desembarazarse del primer ministro, convirtiendo el referéndum en un voto de confianza sobre Ozal quien, hasta el domingo, había rechazado este planteamiento. La Prensa turca precisaba ayer que el jefe de Gobierno tomó la gran decisión en una reunión familiar, sin consultar a los órganos de su partido. En tal contexto, el referéndum tiene incluso más importancia que unas elecciones generales. En las últimas, el Partido de la Madre Patria, que dirige Ozal, obtuvo el 36% de los votos y 292 de los 450 escaños del Parlamento.

"50% más uno"

"Nuestra meta es alcanzar el 50% más uno", asegura en Estambul, en una entrevista concedida a EL PAÍS, Deniz Baykal, secretario general de la principal formación opositora, el Partido Populista Socialdemócrata (PPSD). Antiguo ministro de Finanzas y de Energía del Gobierno de Bulent Ecevit (líder natural de la izquierda turca, ahora semialejado de la política), elegido en su puesto el pasado mes de junio, este hombre dinámico, de 50 años, que tiene el poder real en su partido, prevé el fin de la era de Ozal: "El proceso de deterioro del poder comenzará después del referéndum. El desarrollo democrático no se está produciendo gracias al Gobierno sino por la dinámica social y política del país. El poder se tiene que adaptar a esta realidad"."Los sondeos de opinión", asegura Baykal, "demuestran que el pueblo votará no de una manera aplastante. Y al día siguiente del referéndum, el primer ministro se va a debilitar considerablemente. Tanto los medios económicos en el interior, como los que sostienen al Gobierno desde el exterior verán que este poder está en quiebra y revisarán sus estrategias". Baykal muestra una publicidad en la que, bajo forma de un balón, hay un dibujo de Ozal, con esta leyenda: "Pinchad el balón Ozal porque miente y no cumple sus promesas. Votad no".

El líder socialdemócrata evoca la tasa de inflación (78%, según el propio Gobierno), la deuda externa (42.000 millones de dólares), el endeudamiento interior (10.000 millones de dólares), la desindustrialización, el desequilibrio en el reparto de la renta nacional y la injusticia social. "Desde hace ocho años", asegura, "Ozal dirige la economía turca. En este periodo, Turquía podría haber aprovechado la ocasión para una industrialización y un desarrollo económico rápido. Pero se ha fracasado. Ha malgastado ocho años".