Música de escapada
Ha sido un año duro para la música heavy. Los grupos españoles veteranos han visto disminuir ostensiblemente su poder de convocatoria y las ventas dé sus discos. Sólo algunos, muy pocos, consiguen superar estos momentos difíciles. Sin embargo, cuando la ocasión lo requiere y los músicos llegan de otros países, la comunidad heavy se moviliza y es capaz de reunir en Madrid a 30.000 personas en un recinto tan poco acogedor como el auditorio de la Casa de Campo.El público del heavy tiene muy pocas oportunidades al año para manifestarse comunitariamente y la actuación de los grupos que forman la gira Monstruos del rock era una ocasión única para reafirmar su identidad. Son aficionados incondicionales, habitantes de extrarradio y con la cartilla de paro como futuro inmediato para muchos de ellos. La música es una excusa para transformar la energía individual en colectiva, con la furia de un elevado volumen sonoro como dogma para aparcar problemas. Un instante de silencio en un recital heavy es algo tan fuera de lugar como una tos en el Teatro Real, y la apisonadora de sonido empuja la expresividad primaria, a caballo entre la naturalidad y la carencia de criterio.
'Monstruos del rock'
Iron Maiden, Metallica, Helloween, Anthrax y Manzano. Auditorio de la Casa de Campo. Madrid, 18 de septiembre.
Para el público, parece que el heavy tiene valor por sí mismo, y este apoyo incondicional y poco crítico retrasa su desarrollo. Hoy el heavy, salvo algunas excepciones, recorre caminos trillados, apenas se enfrenta al riesgo y se encuentra saturado de clichés repetidos, sin ofrecer un atisbo de esperanza, musical o vital. Los grupos integrados en el espectáculo Monstruos del rock no ofrecieron nada nuevo al panorama actual del heavy, y únicamente los neoyorquinos Anthrax aportaron cierta originalidad en imagen y música. Los restantes, todos grupos experimentados, se limitaron a repetir esquemas ante el delirio de un público que no exigió más. Iron Maiden fueron los únicos que ofrecieron espectacularidad y consiguieron un nuevo triunfo con las mismas poses, guitarras y tics que en conciertos anteriores. En el heavy, el público marca la diferencia y la música es el medio para escapar durante unas horas de su dura realidad cotidiana.
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