Miles de birmanos protestan en la calle contra la intervención del Ejército

Una junta militar de 19 jefes, presidida por el ministro de Defensa, Saw Maung (de 59 años), tomó ayer el poder en Birmania con la finalidad declarada de restablecer el orden para que puedan celebrarse elecciones democráticas. Sin embargo, la oposición ha rechazado la injerencia militar, que acaba oficialmente con 26 años de poder totalitario del partido único del Programa Socialista de Birmania (BSPP), y mantiene las movilizaciones populares. Pese a la implantación del toque de queda, miles de birmanos se echaron a la calle pidiendo un Gobierno interino que garantice elecciones libres.En un comunicado militar difundido por Radio Rangún, los militares aseguran que toman el poder para garantizar la seguridad y el orden, y conminan a todas las organizaciones sociales a formar partidos políticos que compitan en futuras elecciones libres. También mantienen vigente la comisión parlamentaria de cinco miembros encargada de preparar las elecciones democráticas en un plazo no superior a 90 días.

Sin embargo, la oposición y diplomáticos occidentales señalan la estrecha relación del nuevo hombre fuerte, Saw Maung, con los dirigentes del BSPP, por lo que se pone en duda su intenció de permitir el cambio democrático.

Ayer, algunos testigos con los que se entró en contacto por teléfono -entre ellos la esposa del líder de la oposición (el general Tin Oo)- señalaron que se oían explosiones y disparos en el centro de Rangún, pero no hay noticias de víctimas. Poco después del anuncio del golpe de Estado, miles de estudiantes comenzaron los desfiles contra el golpe militar infundiéndose ánimos con gritos para continuar la lucha política, sin que se notase una presencia inusual de soldados en las calles.

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