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La Prensa francesa acusa los nuevos vientos políticos

Hersant, magnate de la Prensa conservadora, ficha a un periodista de izquierdas para dirigir 'Le Figaro'

Lluís Bassets

La reelección de François Mitterrand como presidente de la República, bajo el lema de Francia unida, y la anunciada remodelación del mapa político francés, ha empezado a producir cambios espectaculares en el principal escenario del debate público, los medios de comunicación. El diario conservador Le Figaro, caracterizado, hasta las elecciones legislativas de junio, por su militancia antimitterrandista, contará a partir del próximo lunes con un nuevo director, el hasta ahora director de redacción del semanario de simpatías socialistas Le Nouvel Observateur.

Franz-Olivier Giesbert, un profesional de 39 años, enteramente formado al lado del fundador de la publicación, Jean Daniel, la más destacada personalidad periodística del rocardismo será el nuevo director de Le Figaro.El nombramiento de Giesbert, dispuesto a aplicar en Le Figaro, según sus declaraciones, las normas del periodismo anglosajón, de clara diferenciación entre información y opinión, ha escandalizado a numerosos socialistas y creado mayor estupor a derecha e izquierda que la entrada de dos ministros centristas en el Gobierno de Michel Rocard.

Filón comercial

Giesbert ha recibido de Robert Hersant, el propietario del periódico, el encargo de renovar el periódico "para el reto de los años noventa".El nuevo director se había enfrentado a Hersant a propósito de la voracidad expansionista del propietario de Le Figaro, que compró un periódico de provincias propiedad de la familia del periodista.

En Le Nouvel Observateur, Giesbert realizó la última renovación del semanario, cada vez más enfocado hacia el periodismo de información y hacia los reportajes sobre los nuevos há bitos sociales, mientras Jean Daniel seguía dirigiendo las páginas más directamente comprometidas y políticas.

Robert Hersant es un empresario que ha intentado siempre acomodarse a los horizontes de mayor estabilidad política. Con la llegada de los socialistas al poder, en 1981, Hersant halló un riquísimo filón comercial en un periodismo combativamente antisocialista e incluso creador de ideología próxima a la extrema derecha a través de Le Figaro-Magazine, la revista semanal que se vende junto con el periódico los fines de semana.

Los años de socialismo (1981-1986) han sido los de mayor expansión del periódico y de la revista. Sus principales editorialistas y directores de la redacción se han hallado hasta ahora directamente comprometidos en la militancia conservadora, con presencia parlamentaria incluida.

Los Gobiernos socialistas se enfrentaron con Hersant a través de la promulgación de una ley limitando las posibilidades de expansión de los grupos periodísticos, legislación que nunca pudo ser aplicada en profundidad contra el ciudadano Kane de la Prensa francesa

Después de haber apostado a fondo por Jacques Chirac en su candidatura a la presidencia de la República, Hersant se halla ahora ante una nueva perspectiva en la que sus amigos neogaullistas difícilmente jugarán un gran protagonismo, mientras son los socialistas y los vacilantes centristas, hasta ahora con escasas simpatías dentro del grupo de Prensa, quienes ocupan el centro del escenario político.

Fórmula periodística

Un centrista como Raymond Barre, candidato a la presidencia de la República que ahora ha realizado una fuerte aproximación a Mitterrand, calificó a Le Figaro de "nuevo Pravda" durante la campaña electoral.El encargo que recibe ahora Giesbert no se limita a desblo quear la imagen muy derechizada del periódico ni a introducir la dialéctica mitterrandista del recentramiento y de la disolución de las fronteras entre derecha e izquierda, sino que cuenta con una fuerte carga profesional.

Le Figaro, a pesar de su éxito comercial, cuenta con una imagen envejecida y se halla relativamente agotado como fórmula periodística, frente al empuje de periódicos dinámicos como Liberation entre otros.

Giesbert ha declarado que organizar la redacción del mayor periódico francés no se puede rechazar", y ha justificado la firma de su contrato con el magnate Hersant diciendo que "el periodismo no es de derechas ni de izquierdas".

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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