El juez Falcone gana la batalla a su jefe de Palermo sobre la lucha contra la Mafia
Giovanni Falcone, el mítico juez siciliano empeñado en la lucha contra la Mafia, ha ganado al final la batalla frente al Consejo Superior de la Magistratura, que, con un documento aprobado por unanimidad tras violentísimas polémicas internas, ha reconocido que eran fundadas las críticas contra el responsable de los jueces de Palermo, el magistrado Antonino Meli. Las acusaciones contra éste de haber impedido el trabajo del equipo de Falcone especializado en los problemas de la Mafia fueron lanzadas en el verano por el juez de Marsalla, Paolo Borsellino.
De ahí que Falcone haya decidido continuar su trabajo en Palermo, renunciando a su polémica solicitud de las semanas pasadas de abandonar la isla.La batalla ha sido muy dura, y en ella ha sido quizá decisiva la intervención última del jefe del Estado, Francesco Cossiga, quien había lanzado una apasionado llamamiento al tribunal de los altos magistrados para que tomara una decisión "unitaria" a favor del empeño de la Magistratura en la lucha contra la Mafia.
También ha tenido su peso en la decisión final del Consejo Superior de la Magistratura un documento redactado para el ministro de Gracia y Justicia, el socialista Giuliano Vassalli, de un colaborador suyo enviado expresamente a estudiar el caso Falcone-Meli a Palermo. En el documento, filtrado días atrás a la Prensa, se reconocía que las acusaciones hechas contra Meli, el jefe de Falcone, tenían un serio fundamento, ya que el trabajo del equipo anti-Mafia se estaba haciendo prácticamente muy difícil, por el hecho de que a los jueces especializados en materia de la Mafia se les estaba encargando de otros procesos sin importancia no relacionados con esa organización, robándoles así el tiempo para interesarse de los procesos contra los mafiosos.
La solución del caso, con un documento unitario del Consejo Superior de la Magistratura, reviste mayor importancia si se piensa que en agosto la sección restringida de dicho Consejo Superior se había dividido dramáticamente, venciendo la facción que condenaba a Falcone y absolvía a Meli. Esta vez, la reunión plenaria de los altos magistrados -muy acosados por la opinión pública- aunque tras una dura polémica interna, ha dado un vuelco inesperado a la primera sentencia, salvando a Falcone y, a todo su grupo, que pasarán a ocuparse de los procesos a mafiosos.
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