Malestar en el Gobierno por la ambigüedad de Pujol en sus viajes
La diplomacia viajera del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, causa no poco malestar en medios del Gobierno central, según admitieron a este periódico miembros del Gabinete de Felipe González, que destacan la ambigüedad del mensaje que Pujol deja oír en el extranjero, "un mensaje que acaba resultando debilitador para el Estado". Los medios del Gobierno central consultados, aunque oficialmente insisten en minimizar el alcance de lo que califican como "diplomacia paralela de las autonomías", insistieron en privado en la urgencia de garantizar una coordinación en los desplazamientos al extranjero "para asegurar una imagen del Estado mínimamente solidaria y unificada".
El presidente de la Generalitat prepara un viaje a la República Popular China para comienzos del año próximo, según dijeron fuentes diplomáticas en Madrid y Pekín. Estos mismos medios agregaron que Pujol ha expresado sus deseos de ser recibido por el hombre fuerte de aquel país, Deng Xiaoping, y por el secretario general del Partido Comunista Chino, Zhao Ziyang. El presidente de la Generalitat se entrevistó ayer privadamente con el nuevo embajador de China en España, Yuan Tao, aprovechando su paso por Madrid para celebrar el milenario de Cataluña.
Las fuentes consultadas admitieron que los preparativos de los viajes de Pujol, "en contra de lo que ocurre con los presidentes de otras comunidades autónomas" -en clara referencia al lehendakari, José Antonio Ardanza-, se ajustan siempre a la "más escrupulosa corrección". Sin embargo, para estos medios, "siempre acaban ocurriendo algunos incidentes desagradables". Como ejemplo citaron el caso de un discurso pronunciado por el arquitecto Ricardo Bofill, que acompañó a Pujol a Brasil y Uruguay; en una conferencia sobre Gaudí, Bofill dijo que España está luchando con gran dificultad para ser aceptada por Europa, mientras Cataluña hace mucho tiempo que es europea.
"Menosprecio"
Este tipo de mensajes, junto a los reclamos para atraer inversiones extranjeras hacia Cataluña, "en ocasiones con menosprecio tácito o explícito hacia otras comunidades españolas", suscita la preocupación de los responsables de la diplomacia, que ahora observan los preparativos del viaje a China como "una posible nueva edición de lo que ocurrió en Japón". No pocos responsables bancarios y empresariales japoneses se quedaron con la impresión de que era un jefe de Estado quien llegaba a visitarles y solicitar inversiones.Fuentes de Pekín subrayaron que los preparativos del viaje que ahora planea Pujol a varias ciudades chinas, y que se realizará "en abril o incluso antes", incluyen un numeroso séquito en el que figurarán destacados empresarios. Estas mismas fuentes, sin embargo, admitieron que las posibilidades de que el presidente de la Generalitat se entreviste con Deng Xiaoping son escasas, dada la "apretada agenda" del líder político chino. Tanto el secretario general de la presidencia de la Generalitat como el delegado de la misma en Madrid se desplazaron recientemente a China para iniciar los contactos que desembocarán en el viaje de Pujol.
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