Relatos moralizantes
"Las causas sociales del crimen han desaparecido con el derecho al trabajo garantizado, la justa distribución de los bienes materiales y el respeto a la inviolabilidad personal". Esta frase la escribió Yuri Churbanov en un libro titulado Camarada policía, que fue publicado en 1980 con un total de 75.000 ejemplares de tirada y abundantes citas de Leonid Breznev en su interior.Churbanov, que exalta la actividad de la policía soviética, recurre a sus propios relatos moralizantes sobre las funestas consecuencias del consumismo.En uno de ellos, dos jóvenes contraen matrimonio agasajados con cuantiosos regalos por parte de los parientes. "Dos años más tarde la joven esposa comenzó a notar que su marido lo traduce todo a dinero: se volvió tacaño, dejó de ir al cine, de comprar libros. La vida se hizo insoportable". El resultado fue el divorcio y "al cabo de un tiempo el esposo casi fue a parar al banquillo de los acusados por pequeñas maquinaciones". "Claro que no hay ni puede haber una dependencia directa entre los regalos caros, el divorcio y el delito. Pero tal final es posible si el individuo está desorientado en la vida, en el sistema de valores humanos, y en esta desorientación desempeñaron un papel los regalos, los bienes no ganados por él". "Es horrible que el apego a las cosas haga irrupción en la esfera de los sentimientos humanos, que lo más sagrado -el amor, la familia- se enfoque con raseros consumistas", señala Churbanov, que divide a la familia enfeliz, infeliz y seudofeliz. El peligro de esta última para la sociedad reside, según dice, en la forma encubierta en la cual tiene lugar el "proceso de desviación de la norma de la moral comunista".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.