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La policía de Gibraltar cedió por escrito al Ejército británico la responsabilidad de la actuación contra el IRA

La policía de Gibraltar transfirió al Servicio Aéreo Especial (SAS), a petición de los servicios británicos, la responsabilidad de la acción contra los tres miembros del IRA localizados en Gibraltar minutos antes de que los miembros del grupo operativo acabaran con la vida de los terroristas. Esta revelación fue realizada ayer, durante la cuarta sesión de la investigación judicial abierta por la Corte Suprema de Gibraltar, por el jefe de la policía gibraltareña, Joe Canepa, y por un oficial del SAS identificado como el soldado F, que no participó directamente en la operación armada.

La comparecencia del primer miembro del SAS que se presenta en el juicio se produjo, ante la sorpresa de la sala, a última hora de la tarde, minutos antes de que el juez Félix Pizzarello suspendiera la vista hasta el próximo lunes.El soldado F, en realidad un consejero militar superior, declaró -al igual que hiciera el pasado miércoles el testigo O, oculto del público por una gruesa cortina. Tras su declaración de ayer, en la que ratificó los principales puntos del relato de Canepa e insistió en que el objetivo inicial era detener a los terroristas, F será interrogado el próximo lunes por los abogados de las partes. La presencia del miembro del SAS en el juicio confirma los rumores de que el grupo operativo se encuentra en la colonia a la espera de ser interrogado.

Canepa afirmó durante la vista que había firmado un documento para que el SAS se responsabilizara de la acción que le había sido entregada por el soldado F, cuando los efectivos a sus órdenes habían puesto en marcha un dispositivo para detener a los miembros del IRA. A partir de la firma del documento, la operación quedó en manos de otro miembro del SAS, el soldado E. A los pocos minutos, según su propia declaración, Canepa se vio sorprendido por la noticia de que se habían producido disparos y de que los tres miembros del IRA, que proyectaban un atentado con explosivos, habían muerto.

La intervención de Canepa añade nuevos datos para diseñar una situación que -tras cumplirse la primera semana de investigación judicial y de haberse escuchado en la sala una decena de testimonios- aparece centrada por las afirmaciones realizadas por un miembro de los servicios de espionaje británicos sobre los errores que se produjeron en el proceso que desembocó en la muerte a tiros de los terroristas del IRA, y por el informe forense presentado por el profesor Alan Watson, que revela que los disparos se efectuaron a corta distancia y que los miembros del IRA fueron rematados en el suelo.

Con esos datos, y con los que se generen en las próximas semanas, el jurado de 11 miembros formado por el juez Pizzarello deberá adoptar una resolución sobre el procesamiento o no de los miembros del SAS que ejecutaron la acción.

Las revelaciones realizadas ayer por Canepa, que admitió la pérdida progresiva de control sobre la situación que tuvo la policía gibraltareña durante el día que sucedieron los hechos (el 6 de marzo), se consideran, por otra parte, un indicador más de la política antiterrorista del Gobierno británico.

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Canepa afirmó que la policía de Gibraltar había tenido conocimiento de la presencia de los miembros del IRA, considerados muy peligrosos, a través de los servicios secretos británicos durante la noche del 5 de marzo. A partir de ese momento se constituyó un gabinete de crisis para detener a los terroristas.

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