La ONU y eI Sáhara
En el editorial del 19 de agosto sobre La ONU y el Sáhara se deslizan algunas inexactitudes menores pero significativas. Sobre todo porque demuestran que en el asunto del Sáhara EL PAÍS sigue sin disponer de datos precisos y, por tanto, informando de forma incompleta a sus lectores.En primer lugar, el que ustedes llaman número dos del Frente Polisario es Bachir Mustafá Sayed. Nombrarlo Bechir, por su nombre de pila erróneamente transcrito, es como si se refirieran al vicepresidente del Gobierno español como Entonio. Es un error que, tratándose como se trata del hermano del fundador del Frente Polisario, El Uali Mustafá Sayed, resulta significativo y evidencia desconocimiento.
Segundo, el número de países que reconocen a la RASD actualmente es de 71: la práctica totalidad del continente africano y significativos países, sobre todo de Suramérica. De nuevo es necesaria la puntualización.
Pero, fundamentalmente, el editorial de: ustedes comete una notable imprecisión jurídica que es frecuente en esas páginas. Algunos de sus lectores habíamos visto con agrado el que se empezara a mencionar en titulares a la RASD (República Árabe Saharaui Democrática) en días pasados, pero de nuevo encontramos la incompleta denominación el Polisario.
Reconozcan de una vez, señores, la realidad. En el Sáhara existe un Estado constituido desde 1976, que nació para responder al vacío jurídico generado por unos acuerdos tripartitos repetidamente señalados como nulos de pleno derecho. En respuesta a ello, una parte significativa de un pueblo soberano, el saharaui, con la mayoría de sus representantes reconocidos, constituyó una nación que lleva 12 años funcionando como tal a pesar de las innumerables adversidades. Que ha sido reconocida por la OUA como miembro de pleno derecho. Y que mantiene relaciones diplomáticas, por uno u otro conducto, como tal Estado con la mayoría de los países, especialmente los no alineados.
En efecto, la ONU ha entregado sus proposiciones al Frente Polisario, dado que el organismo internacional no reconoce a la RASID. Pero el adversario de Marruecos en la guerra del Sáhara no es el Frente, sino la RASD. Un Estado como tal, con todos sus órganos y elementos funcionando y con un Ejército organizado que va más allá de un puñado de guerrilleros. Un Estado construido con increíble esfuerzo, con una capacidad de auto-organización y sobre todo una voluntad de ser más que considerables. El Frente Polisario es el elemento fundamental e indiscutido de ese Estado, su principal instrumento de unificación y vitalización, pero jurídicamente no es sinónimo de la entidad política global que constituye la RASD. Ello, de todas formas, merece el mayor respeto de aquellas entidades que defienden la legalidad internacional, la autodeterminación de los pueblos y, en definitiva, la causa de la libertad-
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