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El yerno de Breznev asiste impasible a la apertura del juicio contra nueve ex altos cargos soviéticos

Pilar Bonet

Yuri Churbanov, yerno de Leonid Breznev y ex primer viceministro del Interior de la Unión Soviética, se mantuvo ayer impasible a lo largo de la primera jornada del juicio por currupcion y abuso de autoridad, que se ha convertido en un símbolo de la condena a la época de Breznev y de la campaña de renovación moral emprendida por el actual líder, Mijail Gorbachov. Churbanov, de 51 años, casado desde 1971 con Galina Breznev, fue el único que en todo momento mantuvo la compostura y permaneció digno y erguido entre los nueve ocupantes del banquillo en la Cámara Militar del Tribunal Supremo de la Unión Soviética.

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Vestido con traje gris, camisa negra y sin corbata, Churbanov, que tenía aspecto pálido y fatigado, se sentaba en el extremo de un banco de madera que era custodiado por cinco jóvenes soldados del Ministerio del Interior. En el otro extremo, tocado con un típico gorro uzbeko, estaba el ex ministro del Interior de Uzbekistán Jaidar Yajaiev, de 71 años. El resto de los acusados eran dos ex viceministros del Interior de Uzbekistán, Plotr Begelman y T. Kajramanov, y los jefes de la policía de Tashkent -la capital de aquella República centroasática- y de cuatro regiones mas de la misma.Churbanov, que comenzó su carrera como oficial de la policía miembro del Komsomol (las juventudes comunistas) y llegó a tener la graduación de general coronel, está acusado de recibir sobornos -un total de 20, la mayoría de ellos durante viajes de trabajo a Tashkent- por un valor de casi 657.000 rublos (más de un millón de dólares) durante el período comprendido entre 1976 y 1982. También se le acusa de haber causado un perjuicio de casi 16.000 rublos al Estado soviético a resultas del abuso de autoridad. Los cargos incluyen la recepción de regalos y también de frutas asiáticas en Moscú.El yerrio de Breznev, que tenía ayer Ojeras, fue detenido en enero de 1987 tras más de un año de trámites dada su condición de diputado y miembro candidato del comité central. Actualmente es custodiado por el Comité de Seguridad del Estado (KGB).

110 tomos de sumario

El sumario del caso ocupa 110 tomos, y el proceso, durante el cual se interrogará a 500 testigos durará más de dos meses, según calculaba la agencia soviética de noticias Tass. Galina Breznev, de 58 años, ha sido convocada como testigo, aunque se desconoce cuando aparecerá ante el tribunal.

La sesión inaugural, que se inició a las diez de la mañana, co menzó por la presentación de los implicados (todos ellos con altos cargos militares y en su mayoría generales) y estuvo dedicada en su totalidad a la lectura de las actas de acusación, que ocupan cinco tomos. Churbanov y el resto de los acusados fueron introducidos por una puerta trasera en la sede del tribunal, supremo de la URSS, en el centro de Moscú, desde dos furgones policiales, sobre las 8.30 de la mañana.

Sobre una mesa estaban a la vista droga, joyas, relojes y dinero, parte de las pruebas de la acusación.

Un reducido grupo de corresponsales extranjeros y un contingente más amplio de periodistas soviéticos tuvieron acceso a la sesión. A ella asistía un centenar de personas, cuidadosamente seleccionadas desde la organización del PCUS. El proceso había sido catalogado inicialmente de "abierto", pero el ciudadano soviético de a pie tendrá que conformarse con los relatos de la Prensa, ahora prolija en detalles y proclive a un apasionamiento que deja de lado la presunción de inocencia de los acusados.

El general mayor Mijaíl Marov, vicepresidente de la cámara militar del Tribunal Supremo de la URSS, es el jefe del tribunal. Marov denegó ayer la petición de los abogados (cada acusado tiene su propio letrado y tres de ellos son mujeres) para que acudiera a declarar el juez de instrucción Telman Gdlian.

'Mafia' criminal

Durante cinco años, Gdlian dirigió las investigaciones que condujeron a la desarticulación de una mafia criminal cuya estructura se superponía a la estructura del partido en Uzbekistán, implicando a Sharaf Rashidov. Este dirigente comunista uzbeko muerto en 1983 fue nombrado ayer en relación con Churbanov.

Marov denegó también la petición de permitir el régimen de arresto domiciliario para lajiaev, que se quejaba de las condiciones del régimen carcelario y concretamente del transporte en el furgón policial. El estado de salud de otro de los acusados, Jushvan Norbutaev, obligó a interrumpir dos veces la sesión (concluida después de las seis de la tarde) para ponerle sendas inyecciones. Norbutaev comenzó a tener síntomas de malestar durante la lectura de los cargos contra Churbanov. Éste fue el único que en ningún momento dejó de mirar de frente al tribunal. En un parlamento de 10 minutos, su abogado, Andrel Makarov, recriminó al fiscal Alexandr Sboyev el hacer declaraciones en las que se presupone la culpabilidad de Churbanov. En teoría, éste podría ser condenado a muerte, pero tal sentencia parece improbable dado que los representantes de la justicia subrayan que Churbanov ha colaborado en la investigación y ha devuelto en forma de joyas, dicen, parte de lo sustraído.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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