Trece muertos al fracasar el despegue de un avión en Dallas

Trece personas murieron ayer y más de 90 se salvaron -incluidos los tres pilotos- al caer a tierra un Boeing 727 de la compañía Delta, al tratar de despegar del aeropuerto tejano de Dallas. El accidente se produjo a las nueve de la mañana (cinco de la tarde en España), cuando el aparato, con 104 personas a bordo (97 pasajeros y 7 tripulantes), despegaba con destino a Salt Lake City (Utah).

Las primeras informaciones, aún no confirmadas por la caja negra ni por los pilotos, hablan del posible fallo de uno de los motores, causado por un incendio o una explosión en el momento del despegue. "Estaba claro que nos íbamos a estrellar", explicó el pasajero Penn Waugh. "Sólo buscábamos un sitio para escapar del avión. Nunca llegamos realmente a despegar. Podías oír ese ruido y sabías que algo iba mal y que el piloto no podía detener el avión". Algunos supervivientes abandonaron el aparato en llamas arrastrándose por el lado derecho y otros por el techo abierto por el impacto, dijo Waugh.Este testimonio, unidos a otros que hablan de que el Boeing tuvo problemas en la carrera de despegue indican que el aparato prácticamente no ganó altura. Automovilistas que pasaban por la autopista que rodea el aeropuerto dijeron que escucharon una "enorme explosión", la cola "pareció desaparecer" y el aparato cayó. Estos testigos dicen, sin embargo, que el Boeing había alcanzado unos 100 metros de altura.

Varios testigos dijeron que parecía salir humo o llamas del motor izquierdo durante el despegue. La parte delantera del avión, comprado nuevo hace 15 años por Delta, se había levantado ya pero no ganó altura y enseguida la cola cayó a tierra, arrastrando al resto de la nave. Hubo una explosión y el aparato comenzó a arder, según los citados testimonios.