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Suspendidas las operaciones en la mayoría de los hospitales ante la falta de sangre

La falta de sangre ha obligado a los principales hospitales de Madrid a suspender la mayoría de las operaciones programadas para poder atender accidentes y urgencias, según la Hermandad de Donantes. Madrid apenas dispone en agosto del 30% del plasma sanguíneo necesario para transfusiones. En el hospital Gregorio Marañón, por ejemplo, ayer había sólo una bolsa de sangre de tipo A negativo, cuando el mínimo estipulado para el funcionamiento normal del centro son 20, y las reservas de A positivo eran la sexta parte del mínimo (70 unidades). En este centro se han tenido que suspender ya 15 operaciones.

Un intervención quirúrgica precisa, por término medio, tres unidades de sangre.En la Clínica de la Concepción, ayer no se disponía de ninguna unidad de sangre del tipo A negativo, mientras que en la Clínica Puerta de Hierro no existían reservas ayer ni de este último tipo ni del 0 positivo. En Puerta de Hierro, por ejemplo, anteayer se realizó una intervención en la que fue preciso usar 70 unidades.

En el hospital central de la Cruz Roja se han suspendido todas las operaciones programadas y las reservas de plasma no alcanzan ni para atender a las urgencias, según un portavoz de este hospital. En la Cruz Roja no había anoche ninguna unidad de sangre A negativo.

"Hace falta sangre y no tenemos a quien sacársela", se lamenta Juan Antonio Gallego, jefe de departamento de la Hermandad de Donantes de Sangre. La media de donantes en España es de 20 por cada 1.000 habitantes, mientras que la de la Comunidad Europea es de 60. En un país que ocupa, junto a Portugal, el último lugar de Europa en número de donantes de sangre, las vacaciones estivales y un injustificado miedo al contagio del SIDA han agravado la situación de Madrid, de por sí una de las peores del país.

Uno de los hospitales en el que más dramáticamente se está viviendo la escasez de sangre es el Gregorio Marañón, donde la Policía Municipal conduce a más de la mitad de los accidentados en la capital dada su cercanía a la auto vía de circulación M-30.

Pero la situación de los de más hospitales madrileños difiere poco: sólo en casos de extrema urgencia pueden hacerse préstamos de sangre, porque las existencias se precisan para las operaciones propias. Tampoco se consigue ayuda en los hospitales de otras provincias, ya que están al límite de sus necesidades.

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Descenso de donaciones

Según el doctor Pintado Cros, jefe del servicio de hematología y hemoterapia del hospital Gregorio Marañón, en julio se pudo afrontar la situación por que se disponía de "reservas frescas", pero en agosto las reservas han mermado hasta el extremo de que, a pocos días del comienzo de la operación retorno, se han empezado a suspender las intervenciones programadas.La disminución de la población no conlleva una menor necesidad de sangre en agosto sino que en muchos casos sucede lo contrario. Lo que sí tiene lugar es un drástico descenso de donaciones. A causa de las vacaciones, las donaciones colectivas -realizadas en fábricas y empresas, y por las unidades móviles-, que aportan más de la mitad de la sangre donada, se quedan bajo mínimos.

Además, una información errónea hace pensar a muchos ciudadanos que en verano se necesita menos sangre que en invierno, lo que desmotiva a muchos donantes.

Por el contrario, en Madrid, la proporción de población enferma -potencialmente receptora- aumenta en verano respecto a la sana -potencialmente donante-, en opinión del doctor Pintado. Con unas calles y unas carreteras más vacías, la velocidad del tráfico crece notablemente. La conducción con alguna copa de más y una mayor vida nocturna elevan el riesgo de accidente y, por tanto, la necesidad de sangre.

También en estos meses se producen numerosos ingresos de heridos con múltiples traumatismos, que presentan grandes necesidades de sangre.

El doctor Jaime González, del hospital Gregorio Marañón, criticó ayer en declaraciones a este periódico la escasa motivación de los españoles respecto a la donación de sangre: "El español es una persona que se vuelca en situaciones dramáticas, pero que se olvida del día a día".

El doctor Pintado advirtió, sin embargo, sobre los inconvenientes de una eventual avalancha de donantes. Los servicios hospitalarios no podrían hacerle frente, lo que repercutiría en incomodidades y demoras para el donante. Esto podría suponer el riesgo de perderle para el futuro.

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