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Jaruzelski se resiste a negociar con Walesa

El Gobierno de Polonia rechazó ayer la oferta de diálogo del líder del sindicato ilegal Solidaridad, Lech Walesa, para poner fin a la oleada de huelgas, que ayer continuó extendiéndose. El portavoz del Gobierno, Jerzy Urban, declaró en Varsovia que las autoridades no negociarían "bajo la amenaza de la pistola de las huelgas". Ayer se reunió el Buró Político del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP), bajo su máximo dirigente y jefe del Estado, Wojeiech Jaruzelski, para "estudiar la situación política, económica y social" del país, sin que se hicieran públicas sus decisiones.

Sin embargo, todo parece indicar que el POUP intentará frenar las protestas con medidas de fuerza y algunos cambios personales en el Gobierno. Entre los nombres de posibles cabezas de turco que se barajan en Varsovia está el del primer ministro, Zbigniew Messner.No parece probable que esta táctica tenga éxito en la actual situación. Como señaló ayer el dirigente de la oposición, Jacek Kuron, "si aplastan estas huelgas, habrá otras en septiembre, en octubre...". En una mina en Silesia se encerraron ayer 125 trabajadores y han declarado que no saldrán a la superficie hasta que el Gobierno se avenga al dialogo.

La televisión soviética atacó ayer al movimiento huelguista polaco, cuyas reivindicaciones políticas y salariales calificó de absurdas". Según medios oficiales polacos, 49 personas se hallan detenidas por su implicación en las protestas. Fuentes de la oposición consideran que el número de detenidos es muy superior. Es muy difícil de estimar la cifra real de los obreros que están participando en las protestas.

Urban ya había manifestado en mayo pasado que no habría diálogo mientras hubiera huelgas. Ayer no explicó, sin embargo, por qué el Gobierno no ha utilizado los tres meses que separan los dos movimientos huelguísticos para entablar este diálogo que desde los sindicatos oficiales, OPZZ, a los asesores independientes del jefe del Estado y del partido, Wojciech Jaruzelski, declaran imprescindible. El asesor independiente de Jaruzelski y prestigioso abogado Wladislaw Sila-Nowicki cree que el uso de la fuerza "significaría una catástrofe nacional; el diálogo es un imperativo categórico".

Alarma en medios oficiales

El movimiento de huelgas cobró ayer fuerza al sumarse al mismo otros pozos mineros, hasta un total de 20. Los medios oficiales no ocultan la alarma del régimen ante la nueva oleada de protestas. La declaración del portavoz del Gobierno; las advertencias a los huelguistas del ministro del Interior, Czeslaw Kiszczak, en la televisión polaca el lunes, y la generalización de la implantación de procesos sumarios en diversos voivodatos para la persecución judicial de los líderes de las protestas laborales parecen indicar que el Gobierno se considera aún capaz de acabar con las huelgas por la fuerza, como hizo en mayo pasado.Kuron, uno de los más destacados teóricos de la oposición, que fue detenido el lunes durante unas horas y amenazado con persecución judicial si se acerca a algún centro de la protesta, manifestó ayer que finalmente se logrará la legalización de Solidaridad: "La cuestión es a qué precio", dijo. Respondiendo al ministro del Interior, Kuron afirmó que es el régimen, con su negativa al diálogo, el que está provocando la anarquía en Polonia. "Los obreros luchan por el futuro de este país. Los gobernantes, sólo por sus poltronas".

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En algunas localidades de mayor conflictividad, así como en Varsovia, ha comenzado a patrullar la milicia con las fuerzas policiales. En la localidad de Jaztrzebie, cercana a algunas de las minas en huelga, fue declarado el toque de queda desde las once de la noche a las cinco de la mañana.

Lech Walesa se encuentra encerrado con los cerca de 1.000 huelguistas en los astilleros de Gdansk. Ayer criticó la intervención televisiva del ministro del Interior, en la que éste advirtió que el Gobierno no permitiría que Polonia cayera en el caos y la anarquía. "La solución que propone Kiszczak sólo aplazaría la legalización de Solidaridad. El Gobierno debe comprender de una vez por todas la necesidad de que exista el pluralismo sindical. Espero que sea la última huelga. Si no, habrá que luchar, y con mayor fuerza, por Solidaridad".

Se mantienen, asimismo, las huelgas en la fábrica de maquinaria pesada Stalowa Wola, en el sureste polaco, en los principales centros astilleros de Gdansk. Durante la noche del lunes al martes, la policía irrumpió en las centrales del transporte urbano en Szczecin y desalojó a los ocupantes que, sin embargo, se mantienen en huelga y siguen ocupando dos terminales. Stefan Kisielewski, articulista del semanario católico Tygodnik Powszechny, acusó al Gobierno de "querer compartir la responsabilidad, pero no el poder".

[Estados Unidos expresó ayer su deseo de que las autoridades polacas reconocieran a los sindicatos libres y dialogaran con los huelguistas, según manifestó en Washington el portavoz del Departamento de Estado, Phyllis Dakley, informa France Pressel.

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