Irán prepara su reconciliación con EE UU
ENVIADO ESPECIAL Políticos y periodistas iraníes hablan ya en Teherán de la "nueva política exterior del régimen islámico", una vez que el sábado último el país se instalara oficialmente en el alto el fuego. Se trata, dicen, de establecer relaciones amistosas con todo el mundo, menos con Israel y África del Sur. Hasta el gran Satán norteamericano y sus aliados europeos son amigos en potencia si retiran sus flotas del Golfo y cooperan en lo que Teherán denomina "una aplicación al pie de la letra de la resolución 598".
Todos esperan ahora en Teherán la inminente limpieza y acondicionamiento de la que fue Embajada de Estados Unidos, que a principios de esta década, durante 444 días, fue prisión de 53 diplomáticos y empleados norteamericanos.
Irán ha ganado muchos puntos en la simpatía mundial desde su aceptación, el pasado 18 de julio, del alto el fuego en la guerra del Golfo. La franca actitud de cooperación iraní con los esfuerzos de paz del secretario general de la ONU ha despejado la sospecha de que ese gesto podía obedecer sólo a la búsqueda de un respiro.
Dirigentes y comentaristas políticos iraníes subrayan que el nuevo entramado de relaciones internacionales que la República Islámica ha comenzado a tejer privilegiará a los países que le mantuvieron su amistad en los años difíciles de la revolución y la guerra. Entre los del campo occidental se encuentran Alemania Federal y Japón; en el mundo árabe, Siria, Argelia y Libia.
El 'gran Satán'
Un equipo próximo al hoyatoleslam Rafsanyani dirige la nueva política exterior iraní. Sus cerebros son el ministro Velayati y los viceministros Lariyani y Becharati. Estos hombres han dejado entender que la reconciliación con el gran Satán, EE UU, es posible.
En una entrevista concedida a la agencia Irna, el viceministro Lariyani recordó con amargura el apoyo norteamericano a Irak. Y lo que llamó "titánico esfuerzo de Ronald Reagan para confinar la revolución islámica a los límites de Irán". No obstante, Lariyani añadió: "Irán está aún dispuesto a establecer mejores vínculos con Estados Unidos con tal de que los norteamericanos den pruebas convincentes de su buena fe".
El primer paso, dijo Lariyani, sería la retirada de la formidable armada norteamericana desplegada en el golfo Pérsico y la admisión sin ambages por parte de Washington de su responsabilidad en la muerte de los 290 pasajeros de un avión civil iraní. Entonces, prosiguió el viceministro, "Irán ayudaría a encontrar soluciones al problema de los rehenes en Beirut". De los 16 occidentales que aún permanecen en poder de grupos islámicos libaneses, nueve son ciudadanos norteamericanos.
Lariyani proclamó la disposición iraní a negociar con Estados Unidos "abiertamente, sin secretos", en alusión a los turbios contactos que ambas partes sostuvieron en lo que se calificó de escándalo Irangate.
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