Un coche bomba del IRA mata a ocho soldados británicos

La ofensiva de agosto del IRA Provisional le ha costado otros ocho muertos y 27 heridos al Ejército británico, esta vez en Irlanda del Norte. En la madrugada de ayer, en el condado de Tyrone, un coche bomba hacía saltar por los aires un autobús militar, sin distintivo alguno, que transportaba a 39 soldados. Se trata de uno de los atentados más sangrientos perpetrados por el IRA contra las fuerzas británicas, que ya han perdido a 21 de sus hombres durante el presente año.

El nuevo episodio de violencia ha provocado un torrente de condenas en el Reino Unido y a ambos lados de la frontera irlandesa, pero, sobre todo, ha hecho aumentar la inquietud sobre la capacidad de los provisionales para golpear contra, objetivos militares. Tras una larga serie de reveses estratégicos y propagandísticos, el IRA parece haber recuperado su eficacia mortífera, como han demostrado sus últimas acciones realizadas no sólo en el Ulster, sino en Londres y en la República Federal de Alemania.El atentado de ayer vuelve a plantear serias Incógnitas sobre los fallos de seguridad de las autoridades. Una inmediata investigación ha sido abierta para intentar determinar cómo pudieron los autores del ataque identificar el vehículo y conocer con antelación su recorrido. El autobús había recogido en el aeropuerto de Belfast a militares que acababan de disfrutar un permiso en Inglaterra y los trasladaba a su base del Primer Batallón de la Infantería Ligera, en la localidad de Omagh.

El IRA se ha atribuido el atentado, en el que afirma haber empleado cien kilos del poderoso explosivo de fabricación checa Semtex.Los episodios de este mes marcan un evidente cambio de estrategia de los provisionales, que, en cierto modo sorprendentemente, parecen haber recuperado de improviso su capacidad de maniobra. Prácticamente durante todo el último año el IRA había sufrido una sucesión de fracasos a un doble nivel de eficacia -ha perdido más de veinte militantes a manos de las fuerzas de seguridad- y propagandístico, tras una serie de ataques -calificados luego de "trágicos errores" por la propia organización- que se saldaron con casi una veintena de víctimas civiles.

En agosto, en cambio, todo eso cambia por completo. El Ejército se convierte en diana predilecta de los atentados, cuando hasta entonces había quedado en segundo plano, consciente como era el IRA -que prefería objetivos fáciles como los miembros del local Regimiento para la Defensa del Ulster empleados a tiempo parcial- de la mayor capacidad de defensa y respuesta de los efectivos militares.