Felipe Paz
21 inventos, 60 violines... y las estrellas
De su cabeza y sus manos han salido inventos como un proceso de fabricación de tubos luminiscentes a ionización, un dispositivo fonocaptor para señalizaciones acústicas entre vehículos y un perfeccionamiento para la fabricación de nueva madera contraveteada para ebanistería. Del mismo sitio, y de alguno de los 60 violines italianos que colecciona, salen los conciertos dominicales que ofrece a los amigos. Felipe Paz, gallego, de 74 años, representa perfectamente el tópico de sabio despistado.
"Se pasó una semana investigando dónde vivía, y cuando fue a darme la serenata con el violín, se confundió de casa". Lo cuenta ahora su esposa como primer ejemplo de que para los asuntos de casa Felipe Paz es un desastre.En foros más internacionales le consideran de forma muy distinta. Fue medalla» de oro en el 16º Salón Internacional de invenciones y nuevas tecnologías de Ginebra, celebrado el pasado mes de abril. Lo que presentó a examen fue un convertidor para la creación de microcentrales, que permite verter directamente la energía recogida en los paneles solares a la red eléctrica. Según él, este sistema demuestra que aprovechando el 50% de las superficies de los tejados de España se cubrirían todas las necesidades energéticas del país.
Ésta hace la número 21 de sus patentes registradas. Las primeras, hace 40 años, se referían a la fabricación de tubos fluorescentes. En 1973 ya consiguió otra medalla de oro en Ginebra con un regulador a pedal óptico-luminoso. Ha sido pionero en nuestro país en la construcción de aparatos de rayos X, telescopios astronórnicos, intercomunicadores, equipos de soldadura y en diversas aplicaciones del vacío -su principal especialidad-. Con 17 años construyó su primera emisora de radioaficionado.
"Pero antes que nada soy músico". A los 11 años ya dió sus primeros conciertos de violín -tanto su padre como su abuelo fueron profesores de música-. Su pasión científica por analizarlo todo le ha llevado a coleccionar estos instrumentos como "mejor forma de conocer por qué un violín suena distinto que otro". Felipe Paz se encarga personalmente de la reparación de las 60 joyas que posee. Cada domingo, con un grupo de amigos entrañables, organiza conciertos en su casa. Al plano les
Una actitud ante la vida. La de no admitir nada sin intentar averiguar su procedencia.
Aunque a los 19 años fue a Estados Unidos para conseguir el título de ingeniero de radio, los estudios que más valora son los dos cursos sobre radiación cósmica junto a Duperier. Su último empeño: conseguir que declaren monumento nacional la central mareomotriz de su pueblo, Muros (La Coruña).
"Lo que me interesa es todo. Antes de morir quiero saberlo todo". No se sabe muy bien si lo dice por utopía o por despiste.
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