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El líder afgano asegura que sus fuerzas han recuperado Kunduz

Pilar Bonet

ENVIADA ESPECIALEl presidente afgano, Mohamed Najibulá, aseguró ayer que Kunduz (a 60 kilómetros de la fronte ra soviética) ha sido recuperada por las fuerzas leales al. régimen de Kabul y el enemigo ha sido eliminado. "Kunduz está en manos de nuestras fuerzas", dijo el líder afgano esgrimiendo un informe llegado de Kunduz que le fue en

ado murieron tres personas y nueve resultaron heridas.

en Kabul. Simultáneamente, varios cohetes disparados por la guerrilla caían sobre la ciudad y causaban al menos seis muertes.

El régimen se enfrenta a las primeras dificultades derivadas de la evacuación militar soviética, cuya primera fase, que se completó ayer, ha supuesto la partida de la mitad del contingente militar de la URSS. Kunduz ha permanecido varios días en poder de la guerrilla, aparentemente constituida por grupos vinculados a Ahmad Shah Masud, el león Panjshir, según medios diplomáticos occidentales.

Shah Masud, que controla buena parte del noreste de Afganistán, se ha comprometido a no atacar a las columnas soviéticas en retirada y a dejar el paso de Salang, una importante vía estratégica desde Kabul, aseguran medios soviéticos. Salang está actualmente bajo control del Ejército soviético y sometido a tiroteos ocasionales -señalan otras fuentes también soviéticas-, con más violencia de la que oficialmente admiten los altos mandos militares del contingente soviético, en opinión de observadores políticos en Kabul. Esta opinión se basa en testimonios, datos fragmentarios y contradicciones de los jefes militares soviéticos. En Kandahar hubo una treintena de heridos durante la evacuación, según fuentes médicas, y en Kunduz hubo una quincena de heridos, según medios diplomáticos.

El general Boris Gromov, jefe del contingente soviético en Afganistán, desmintió, sin embargo, que se produjeran víctimas en la retirada de Kunduz. Aparte de esa ciudad, otras dos -Tajar y Kunar- sufren una situación complicada, según dijo ayer Najibulá, que acusó reiteradamente a Pakistán de participar de forma directa -con milicias y Ejército regular- en operaciones militares en Kunar, Jost y Spinbalak, en territorio de Afganistán.

Seguir en el poder

Najibulá expresó ayer su firme intención de mantenerse en el poder, dijo que se consideraba un representante legítimamente elegido y descartó como trivial la opinión de que un relevo personal pudiera arreglar los problemas del régimen de Kabul. Su predecesor en el poder, Babrak Karmal, se encuentra actualmente en la URSS por razones de salud. El partido se encuentra unido, dijo, y dispuesto a afrontar los problemas. La política de reconciliación nacional, iniciada en enero de 1987, ha atraído a Afganistán a unos 150.000 refugiados del contingente de 4,7 millones de personas que se encuentran en territorio de Irán y Pakistán desde que empezó la guerra civil en Afganistán.Por otra parte, Najibulá aprobó la negociación que mantiene Moscú con los líderes de la Alianza de los Siete, con base en Pakistán, y decididamente opuesta a la política de reconciliación nacional. Esta negociación tiene por objeto recuperar los prisioneros de guerra soviéticos. Gromov consideró el pasado domingo que las negociaciones directas entre Moscú y la guerrilla para recuperar a los prisioneros eran una cosa natural.

Najibulá calificó de salteadores de caminos a los efectivos de la guerrilla que atacaron Kunduz, y desmintió que Kabul hubiera enviado un contingente especial de tropas, tal como habían dicho el día anterior fuentes soviéticas. En opinión del líder afgano, el Ejército regular está hoy más preparado que antaño. El Ejército tiene entre 40.000 y 50.000 hombres, y constituye, con la policía secreta, o Jad, y los Zarandoi, o policía del Ministerio del Interior, los efectivos militares de que dispone el régimen prosoviético.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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