Abraham Aizenberg
El 'renacimiento' español en Buenos Aires
Amante de la ópera, el teatro, buen lector, melómano y reservado, Abraham Aizenberg, Chiche -como le llaman todos-, es desde hace años el introductor en Argentina de actores, músicos y cantantes españoles con notable éxito. Considerado uno de los principales impulsores de lo que se conoce en la actualidad en Buenos Aires como el renacimiento de la cultura española, Chiche acaba de ser designado por la Comunidad de Madrid para organizar la Semana de la Cultura Argentina en la capital de España, que tendrá lugar probablemente el próximo otoño.
Nacido en Buenos Aires hace 50 años, el suyo es un típico caso de amor a primera vista. Toda su vida estaba ordenada hasta 1978 alrededor del grupo Les Luthiers, con quienes integraba una cooperativa de amistad y trabajo. El crecimiento artístico les permitió viajar a España, y allí se produjo el golpe de estado emocional. "El éxito de Les Luthiers prolongó la estadía y tuve tiempo de gozar de aquel momento tan especial que se vivía en la ciudad. Yo venía de la noche argentina, bajo la dictadura, y fue un estremecimiento, un temblor continuo."Recuerdo perfectamente la noche que oí cantar a Alfredo Kraus, también ciertos bares y rincones de Madrid", continúa Chiche, "creo que entonces, sin ser consciente de ello, percibí que Buenos Aires y Madrid o Barcelona, por ejemplo, tenían demasiado en común como para abandonarse así, sin más. Y ahora pienso que el círculo de aquel sueño se cierra este año con el encargo de la Comunidad de Madrid".
Por la puerta que abrió Aizenberg se colaron los programas de TVE y las películas españolas que desde hace tres años colman las pantallas argentinas. El llamado renacimiento de la cultura española es comparable a los niveles de influencia que tenía en los años dorados, antes de la guerra civil. Por eso Aizenberg está considerado el primer adelantado de este renacimiento.
Fue con Joan Manuel Serrat, hace ya 15 años, con el que Aizenberg inició su primer trabajo con artistas españoles. Continuó luego con Montserrat Caballé, Nuria Espert, Paco de Lucía, José Sacristán y Charo López.
Ya en sus dominios, el de los contratos, descubre con sencillez cuál es, en definitiva, el famoso secreto que equilibra valor y precio sin recibir subsidios ni admitir apoyos de empresas que puedan comprometer la imagen de los artistas: "La clave está en el presupuesto, donde los números se subordinan a las necesidades del espectáculo. No padezco de codicia y no trabajo con quienes revelan una ambición exagerada".Chiche reconoce que la situación de su país, acosado por la miseria, los bajos salarios y el descalabro social, hace mas dificil su trabajo. "Es en esas situaciones de extrema necesidad donde se reclama un esfuerzo mayor. Nosotros, todos, desde el artista hasta el último colaborador, lo hacemos. Se produce entonces una comunicación profunda que no ignora el drama y se solidariza con él".
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