La OLP estudia en Amman la 'devolución' de Cisjordania
Una misión de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) era esperada anoche en Amnián, la capital jordana, para analizar más de cerca las consecuencias de la decisión del rey Hussein de romper todos los lazos legales y administrativos con el territorio palestino ocupado de Cisjordania. A la espera de las decisiones que tome la central palestina, los habitantes de dicha región, que pese a la ocupación israelí de 1967 continuaban en algunos aspectos bajo Administración jordana, expresaban opiniones contradictorias sobre su futuro.En Israel, un movimiento de extrema derecha, Tehiya, aprovechó el paso dado por el monarca hachemí para pedir la anexión inmediata de la orilla occidental del río Jordán.
Por su parte, divididos entre los que consideran que la decisión del rey Hussein equivale a un reconocimiento de facto de un Estado palestino, y los que, por el contrario, ven en esta medida un abandono definitivo de su causa, los habitantes de Cisjordania se plantean con muchas dudas su futuro. En efecto, muchos de ellos detentan pasaportes jordanos, lo que les garantiza el libre paso por los puentes Allenby y Damiah, y, en consecuencia, una vía importante de comercio.
Estatuto especial
Cisjordania fue anexionada por Transjordania tras la guerra árabe-israelí de 1948. La ocupación israelí en 1967 supuso una separación física, pero no un divorcio. Pese a la Administración israelí, se mantuvo durante estos 20 años un estatuto especial que ha resultado bastante costoso desde el punto de vista económico para Ammán. Este peso se ha visto agravado en los últimos meses por el levantamiento popular.
A primeros de año, los jefes de las importantes tribus beduinas de las que procede el soberano pidieron a éste que eligiera entre su poder original y la opción palestina, a la que se inclina la mayoría de la población (el porcentaje de habitantes palestinos de Jordania varía entre el 60% y el 80%, según las fuentes). Ante el riesgo de perder el apoyo beduino, principal sostén del trono, Hussein habría optado por el camino más seguro.
El monarca hachemí, no obstante, ha presentado la ruptura como un divorcio de común acuerdo, lo que permite a los palestinos presentar la situación como una victoria: han logrado liberarse de la tutela política árabe. Sin embargo, un eventual cierre de los puentes, verdadero cordón umbilical financiero y geográfico, puede constituir una trampa fatal para una comunidad aprisionada por un ocupante poco dado a las concesiones.
Tampoco para el soberano jordano la decisión va a estar exenta de problemas. De momento, el Comité popular de apoyo al levantamiento anunció ayer en Ammán que va a otorgar una nueva ayuda económica para los territorios ocupados.
La solución a estos problemas puede ser estudiada por un eventual Gobierno palestino en el exilio, cuya formación va a ser examinada por el Consejo Nacional Palestino (Parlamento en el exilio).
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