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El fiscal acusa a la Junta de las Malvinas de ignorar la inferioridad argentina frente al Reino Unido

En el extenso alegato que el fiscal Luis Moreno Ocampo y sus dos ayudantes leyeron ante la Cámara Federal durante la primera jornada del llamado "juicio civil por la guerra de las islas Malvinas" se responsabiliza al ex general Leopoldo Galtieri y a los otros dos miembros de la Junta argentina, el brigadier Basilio Lami Dozo y el almirante Jorge Anaya, de "haber considerado aceptable el empleo de las fuerzas armadas para la ocupación de las islas Malvinas ignorando la notoria inferioridad militar de las fuerzas propias con relación a las enemigas". Se les acusa también de haber hecho combatir a las fuerzas argentinas "en inferioridad de condiciones una vez conocida la reacción inglesa".Los defensores del ex presidente Leopoldo Galtieri, máximo responsable de la invasión argentina de las islas Malvinas, continuarán hoy en Buenos Aires exponiendo los argumentos contra la "impericia y negligencia en acción" de que la fiscalía acusa a la Junta Militar de la dictadura que gobernaba al país en 1982.

En la pequeña sala sólo estaban ocupados los bancos centrales y los balcones laterales de la planta baja. Casi todos los asistentes eran periodistas, fotógrafos, abogados vinculados con alguno de los defensores, familiares de los procesados, militares de civil y destacados militantes nacionalistas.

No había representantes de los partidos políticos ni legisladores o funcionarios del Gobierno, ni siquiera de las organizaciones defensoras de los derechos humanos o de las agrupaciones de ex combatientes en las islas Malvinas.

A 10 calles del lugar del juicio, en el barrio financiero -conocido como la city-, el dólar batía nuevamente otro récord (superó ya la barrera de los 13 australes por unidad) y se ofrecía en las mesas de dinero hasta el 30% de interés mensual en volúmenes considerables.

Limitados por el código, porque la causa ya fue juzgada ante un tribunal militar, los fiscales trataron de separar la responsabilidad de los comandantes en la forma y en el cómo de la invasión y la guerra de las razones del conflicto. Pero al fin se terminó reconociendo la heroicidad de los combatientes y sus jefes, los legítimos motivos que obligaron a desatar el conflicto. El embrollo de cuestiones específicamente militares generó sonrisas de satisfacción en la mayor parte del auditorio.

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