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Crítica:'JAZZ-POP'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Latin lover'

Fue un concierto muy bonito. Chuck Mangione dominó el ambiente durante el largo tiempo que estuvo en el escenario y logró crear climas de auténtico relajo y placidez, pero no en el sentido físico -el cuerpo seguía los ritmos, casi siempre latinos, de la banda-, sino mental: un estado de sometimiento a las órdenes del rey del flugelhorn. En todo momento supo colocar los temas adecuados para modificar los estados de ánimo de los asistentes supo dosificar la presencia de su instrumento y manejó, en definitiva, la noche a su antojo.

El repertorio de Mangione además, se presta a ello. No produce explosiones de júbilo e historia, pero tiene todos los ingredientes para no ser nunca rechazado. Mangione lo sabe y utiliza esta ausencia de tensión para hacer del público su cómplice, como cuando desciende del escenario a tocar entre los asistentes e invita a bailar a una enamorada mientras la banda sigue tocando. También cuida con esmero su look -gabanes, gabardinas y el inevitable sombrero-, adecuándolo consecuentemente. Su personalidad y su música se hacen por momentos irresistibles.

Chuck Mangione Band

Chuck Mangione (flugelhorn), JoeBonadido (batería), Gordon Johnson (bajo), Mark Manetta (guitarra), Bill Martin (percusión), Rob Mathes (guitarra, teclados y voz). Madrid, muralla árabe, 18 de julio. Duración: 150 minutos.

Feeling

Tres composiciones formaron el grueso de lo oído: Land of make believe (el tema con el que abrió), Los hijos de Sánchez y Feel so good. Tras lo anterior -casi no haría falta decirlo-, a sus 48 años Mangione ha alcanzado un grado de madurez interpretativa y técnica que hace que, por ejemplo, la célebre banda sonora de Los hijos de Sánchez suene incluso mejor que en su versión original. Importante es también la labor de la banda en general, y de Rob Mathes en particular, que además de tocar correctamente la guitarra y los sintetizadores canta con una excelente modulación y con un estilo que se adapta perfectamente a las necesidades de la música de Mangione: mínima tensión y enorme feeeling.

Las breves excursiones que Mangione hizo al piano, sintetizadores o dirección de la banda -en una nueva demostración de tablas- consiguieron que el largo concierto mantuviera una variedad sonora mientras iba envolviendo a los presentes.

Muchos salieron enamorados de la música de Mangione. O de él.

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