_
_
_
_
Crítica:CANCIÓN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fieramente humano

Nada humano ni divino le es ajeno. Es decir, que no deja títere con cabeza. Javier Krahe es un santo, una fiera, con sus barbas, sus canas, su delgadez y ese toque de ternura arrebatada. Y como a los santos les está permitido todo, él no se corta ni un pelo a la hora de pregonar su buena nueva. Krahe es uno de los cantantes más divertidos del planeta, y también uno de los más serios.Por eso, acudir a sus conciertos o escuchar sus discos es algo que proporciona mucho sosiego y cantidad de risa, cosa impagable en tiempos en que la cultura en general y la canción en particular adolecen de un aburrimiento y una frivolidad crispantes. Pero es que, además, Javier Krahe está como nunca. A este hombre le sientan muy bien los años y las desilusiones. Él conoce el secreto para convertir la amargura en humor, el desamor en ternura, el desencanto en hilaridad. Es uno de esos artistas a los que te dan tentaciones de raptarlo y llevártelo a casa.

Javier Krahe

Germán Muñoz (contrabajo), Tito Larregui (guitarra eléctrica), Antonio Sánchez (guitarra acústica), Lorenzo Azcona (saxo), Jimmy Ríos (batería). Recinto de la muralla árabe. Veranos de la Villa. Madrid, 16 de julio.

Bises

Hizo seis o siete bises, pero si hubiera hecho caso del público, estaría todavía cantando. El sonido era excelente, y los músicos, formidables. Y él, por fin, vocaliza y se le entiende absolutamente todo, con puntos y comas. Haber cambiado de compañía discográfica ha sido un acierto. Se le nota que se siente comprendido y amado, y esto le da mucha seguridad y mucho patriotismo. Tanto patriotismo que hasta incluso, transido de furia hispana, pregona que lo del Quinto Centenario lo lleva él celebrando hace muchos años por su cuenta y en su cama de matrimonio.En sus locos años de juventud huyó a Canadá, pero no a hacer fortuna, sino a ligar patrióticamente. Contrajo nupcias con una india iroquesa, y cuando canta la historia de su descubrimiento se inflama de orgullo hispano y se atreve a compararse con Colón, aunque "no es igual y no es lo mismo ir a ligar que ir por pelas". Su heroísmo llegó a cotas que don Cristóbal envidiaría.

En Canadá, como todo el mundo sabe, hace mucho frío. Bueno, pues él y su iroquesa .esos inviernos tan crudos los pasábamos desnudos sin pillar un resfriado". En otra canción desvela el secreto de tamaño portento: "tus tetas son lo mejor que ha visitado mi harén".

Javier Krahe está capacitado para llegar a todos los públicos porque, como decíamos, nada le es ajeno: la muerte, la hoguera, la longitud del bálano, el cromosoma, la mujer que se te escapa de casa con la mejor maleta, la cornamenta, las susodichas glándulas mamarias, esa colonia que regalaste con tanta pasión y que luego es utilizada con otros individuos ("si lo llego a saber, desde luego ese perfume te lo compra Rita").

En fin, ese sentimiento que invade a casi todos los mortales de estar haciendo el imbécil en el amor y en otras soledades; pocos humanos dejarán de enternecerse cuando Krahe canta esa delirante historia del pobre hombre que ama a destiempo, hasta el punto de que entra con el salero al comedor de su bien amada y ella ya está en los postres, "y yo allí con la sal como un gilipollas".

Cada canción de Krahe es una novela, y en esto conecta con Quintero, León y Quiroga, lo cual nos hace sospechar que el viejo Krahe es el único sucesor digno de doña Concha Piquer.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_