Sabio del cante

De Chano Lobato siempre se dice que es el maestro de los cantes de Cádiz, de la gracia y el compás. Lo es, efectivamente, y en palos como cantiñas y alegrías, bulerías, tanguillos, etcétera, difícilmente encontrará competencia. Pero algún día los entendidos tendrán que reconocer que Chano Lobato es mucho más. Un cantaor que en un recital puede hacer, además de los géneros citados, soleares de distinto cuño, la malagueña del Mellizo, el garrotín, martinete y toná, siguiriyas, bulería por soleá en bellísima composición con partes de la caña y hasta un recuerdo a la olvidada giliana, un cantor que hace todo eso con grandeza y jondura, es mucho más que un genio de lo festero: es un sabio del cante.La guitarra tuvo un evidente protagonismo en la noche. Acompañando al cante de Chano, en perfecto entendimiento, Tomatito fue ese tocaor seguro y sensible de siempre. En cuanto a Jerónimo, en concierto, cada actuación suya nos confirma que progresa de manera admirable, y que su arte no va a ser flor de un día, como siempre tememos de la precocidad infantil, sino auténtico, excepcional talento.