Armas y árabes

La última venta de armas de los británicos a Arabia Saudí es un tributo a la diplomacia perseverante y a la habilidad comercial. Ha hecho posible que el Reino Unido suplante a Estados Unidos como principal proveedor de armas para Riad y ha confirmado a los saudíes como los mejores clientes del Ministerio de Defensa británico. No todo el mundo se alegrará con esta operación, que, sin embargo, ha producido satisfacción en Whitehall, y con toda razón.Las protestas más airadas hasta ahora han venido de Israel, cuyos principales ministros expresaron rápidamente su preocupación. Pero la hostil reacción israelí era predecible y no refleja necesariamente la postura correcta del país.

Si el Reino Unido se hubiera negado, como ha hecho Estados Unidos, a la venta de armamento, los saudíes podrían haber encontrado otro proveedor menos responsable. Los kuwaitíes, cuya demanda de misiles fue de nuevo rechazada por Washington, han negociado un acuerdo armamentístico con la Unión Soviética.

Los iraníes, con pocos aliados en la guerra del Golfo, han negociado implacablemente a lo largo de todos los mercados de armamento del mundo, y al menos una vez, que se sepa, compraron armas a Israel. Los surafricanos, bloqueados por el embargo armamentístico de la ONU, han desarrollado ellos mismos una floreciente industria de armamento. Lo mismo ha hecho Israel.

, 13 de junio