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Un hombre, muerto por la Guardia Civil cuando intentaba acuchillar a su nieto de dos años

Ramón Pérez Gómez, de 56 años, al parecer perturbado mental, resultó muerto por disparos de agentes especiales de la Guardia Civil, que asaltaron la casa de la localidad salmantina de Mogarraz donde tuvo retenido durante 17 horas a su nieto Ramón Tárrago, de dos años.

Cuando a las siete de la mañana de ayer se dio la orden de asalto, los agentes volaron la puerta de la vivienda. En ese momento, según versión del gobernador de Salamanca, Francisco Javier Rodríguez, el abuelo, "armado con una pistola en una mano y con un cuchillo en la otra, se abalanzó sobre el niño, que estaba durmiendo en la cama. La Guardia Civil le abatió de un disparo, a pesar de lo cual consiguió clavar el cuchillo al niño y pretendió, en una segunda cuchillada, asesinarle, ante lo cual, los miembros del grupo especial le abatieron de varios disparos".El pequeño resultó herido con un cuchillo de "unos 35 centímetros y cuatro dedos de ancho", y se encuentra ahora fuera de peligro en el hospital Virgen de la Vega, de Salamanca, custodiado por su padre, que se trasladó lo más rápidamente que pudo desde Tarragona, donde vive habitualmente.

Liberó al nieto mayor

Justo Hernández, alcalde del pueblo, vivió el suceso en toda su intensidad. "Me llamaron a las dos de la tarde o así. Yo al principio dije que era una cuestión de familia, pero insistieron varias personas, entre otras su mujer. Cuando fui, comprobé que Ramón Pérez afirmaba que iba a matar a su nieto. Una vecina le había llevado a él y a su hermano mayor, de cinco años, porque había pedido verlos". Los niños, que viven en Tarragona con sus padres, pasaban estos días con la abuela. "Pero él candó [cerró] la puerta por dentro y ya no les dejó. Al principio, estaban los dos, pero luego echó al mayor porque quiso llamar a su mamá y tiró el teléfono. Le dio un tortazo que le dejó marcados los dedos, le hizo un poco de sangre y le echó"."La verdad es que unos días antes se lo habíamos dicho al juez: queríamos que hicieran algo, que le llevaran a un hospital... No sé, no sé...".

Ramón Pérez Gómez vivía en Mogarraz, aunque era natural de otro pueblo vecino, Cepeda. Se había casado con Purificación Maíllo y tenía cinco hijos, cuatro de ellos casados. Desde hacía algunos años, su mujer no vivía con él, y en estos momentos se encontraban en proceso de separación. "Le gustaba vivir bien, pero se ganaba el dinero honradamente, eso sí", explica el alcalde. "Yo no sé si estaba mal, pero siempre fue muy alterado: andaba con pistolas; una se la quitaron en Ciudad Rodrigo; otra, en un piso que tenía en Salamanca... Luego tuvo problemas con una escopeta, y le gustaban mucho las navajas", añade el alcalde de Mogarraz, que no tiene ganas de muchos comentarios y se limita, discretamente, a contestar con tono fatigado. En realidad, Ramón Pérez había sufrido dos detenciones, en 1981 y 1982 (en esa ocasión por posesión ilegal de armas de fuego). Durante esa época se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico con un proceso alcohólico fuerte. "Sí, tuvo tratamiento, pero no lo seguía", aclara el alcalde.

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