Marruecos y Argelia avanzan con rapidez por la senda de la reconciliación
La fiesta ha empezado. El pasado martes, miles de argelinos se agolparon en las fronteras con Marruecos. Al otro lado, las colas fueron también kilométricas. Tras 13 años de cierre, era el primer día de reapertura de las fronteras entre Marruecos y Argelia. Al día siguiente, los respectivos ministros del Interior aplaudieron en Rabat el restablecimiento de las comunicaciones telefónicas directas. Mientras, las autoridades marroquíes han preparado en Casablanca un impresionante dispositivo para acoger en las próximas horas al presidente argelino, Chadli Benyedid. El motivo de la visita, que ayer aún no se había confirmado de forma oficial, será participar en los actos conmemorativos del 59 aniversario del rey Hassan II.Los dirigentes han puesto manos a la obra de la construcción regional. El restablecimiento de relaciones entre Marruecos y Argelia ha sido el primer paso. Para celebrarlo, el cantante de rai [música pop del Magreb] Chab Abdelhalk ha compuesto una canción que dice: "Nos han abierto Marruecos, Dios les recompensará. Iremos a Rabat a hacer lo que nos apetezca".
Los primeros beneficiados por la nueva amistad entre Rabat y Argel han sido los 250.000 marroquíes que viven en Argelia y los 30.000 argelinos residentes en Marruecos. Durante 13 funestos años, unos y otros han tenido que usar España o Francia como trampolín para regresar a sus países.
El zoco de Uxda va a conocer un boom excepcional. Los argelinos comprarán allí ropas y electrodomésticos de procedencia occidental. A cambio venderán alimentos fuertemente subvencionados en Argelia.
Si los argelinos ven en Marruecos un país de vida fácil y barata, los marroquíes sueñan con los puestos de trabajo que pueden conseguir al este de unas fronteras aún pintadas en los respectivos mapas con provisionales líneas discontinuas. Con las cosechas y vendimias del próximo otoño, una lluvia de jornaleros marroquíes puede caer sobre el campo argelino.
Rabat y Argel abordarán su reconciliación con seriedad y a buen ritmo. Un auténtico puente aéreo de dirigentes se ha abierto entre ambas capitales. El pasado miércoles, el ministro marroquí del Interior, Dris Basri, y su homólogo argelino, Hedi Jediri, firmaron en Rabat un importante acuerdo bilateral sobre la libertad de circulación de personas y bienes. En el mismo acto se recibió la primera llamada telefónica directa desde Argel en 13 años. Cuando el ministro de Comunicaciones marroquí descolgó el teléfono, los presentes aplaudieron y dieron vivas al Magreb.
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