La ola de calor se cobra docenas de vidas en el Mediterráneo oriental
Cuatro muertos en el sur de Italia, seis en Yugoslavia, nueve en Turquía, más de 30 en Grecia. El Mediterráneo oriental es un horno. Masas de aire caliente llegadas del Sáhara queman Roma, Belgrado y las costas del mar Egeo. Donde la situación resulta más crítica es en Grecia. Ayer, el termómetro alcanzó en Atenas los 42 grados centígrados a la sombra, y 46 en Larisa, en el centro del país.
Más de 30 personas, todas de más de 60 años, han muerto desde el lunes en diversas regiones griegas. Eran enfermos para los que la canícula resultó fatal. En la capital, una megápolis de hormigón sin espacios verdes que abriga a cuatro millones de personas (el 40% de la población del país), la situación es insoportable. Los periódicos publican anuncios de botellas de oxígeno. Los atenienses vacían las tiendas de ventiladores. En algunos barrios periféricos, por añadidura, hay problemas en el suministro de agua, por falta de presión.Desde el lunes, 2.000 atenienses han sido hospitalizados como consecuencia de la ola de calor, la mayoría de ellos con problemas respiratorios o cardiacos o por lipotimias. Se ha registrado también un centenar de casos ligeros de deshidratación.
La gente tiene miedo. No olvidan la canícula del año pasado, que costó mil vidas, el doble según la Prensa. Parte de la culpa se le achacó a la falta de preparación de los servicios sanitarios que, por ejemplo, no disponían de aire acondicionado en las habitaciones de muchos hospitales. "Este año estamos preparados", aseguró ayer el ministro de Sanidad, Yanis Floros.
El viceprimer ministro, Agamenón Kutsogiorgas, por su parte, reunió el miércoles a una célula especial de coordinación interministerial para afrontar la eventualidad de una urgencia provocada por la combinación del calor y la polución atmosférica, un cóctel de efectos mortíferos en 1987.
La poderosa federación de funcionarios y la central obrera ateniense han pedido al Gobierno que adopte medidas urgentes "para proteger la salud del pueblo". El primero de estos grupos convocó para ayer por la tarde una manifestación en el centro de la ciudad. Otros sindicatos han pedido que disminuyan las jornadas de trabajo en caso de que el calor aumente, que se cierren los comercios cuando el termómetro supere los 40 grados centígrados y que se tomen precauciones especiales para atender a las personas de edad avanzada y a las mujeres embarazadas.
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