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Poszgay compara a Ceaucescu con los invasores nazis

lmre Poszgay, ministro del Estado húngaro, miembro del buró político y brazo derecho del jefe del partido comunista húngaro, Karoly Grosz, comparó ayer a Ceaucescu con los invasores nazis alemanes que destruyeron Varsovia en la Il Guerra Mundial. Grosz, por su parte, rechazó las acusaciones de Nicolae Ceaucescu según las cuales Hungría ataca al régimen de Bucarest con intención de reivindicar la región rumana de Transilvania. Radio Budapest inauguró el viernes una nueva emisora de onda corta destinada de hecho a informar en su lengua materna a la minoría húngara de Rumanía.

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La respuesta, el martes

Grosz declaró ayer al diario húngaro Magyar Hirlap que "Hungría respeta las fronteras emanadas de la II Guerra Mundial y no quiere cambios". Sin embargo, Grosz añadió que "Hungría seguirá exigiendo que se respete el derecho de la minoría húngara en Rumanía a mantener contacto con sus familiares en Hungría y sus derechos colectivos e individuales".Ferenc Hiszlibetz, miembro de la Red de Iniciativas Libres, una organización independiente: tolerada y propulsora de la manifestación contra los planes de Ceaucescu, que reunió a más de 70.000 personas el lunes en Budapest, confirmó a EL PAÍS que antes de la concentración agentes rumanos golpearon a uno de los organizadores e intentaron introducirlo a la fuerza en un automóvil. El secuestro, sin embargo, fue frustrado por varios transeúntes.

El jefe del partido comunista, húngaro viajará mañana, lunes, a Moscú, donde se entrevistará con el máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov. El conflicto entre Bucarest y Budapest, que ha escalado durante toda la semana hasta un grado de hostilidades insólito entre dos países socialistas, será cuestión central de este encuentro.

Grosz viaja a Moscú

Ante la gravedad de la situación en la frontera entre ambos países, Grosz adelantó su viaje a Moscú. Para ello, tuvo que cancelar su asistencia a la cumbre del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), que comenzará el martes en Praga. Grosz había manifestado el viernes que no considera conveniente que Moscú actúe como mediador en este conflicto. Algunos sectores de la dirección húngara parecen temer que una intervención soviética en favor de la minoría pueda ser utilizada por Ceaucescu para reactivar el nacionalismo y los sentimientos antirrusos de los rumanos.

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Estos sentimientos, que en el pasado jugaron un importante papel político, se hallan muy debilitados debido a la miseria y la represión que sufren los rumanos a causa de la política de su conducator (caudillo). La situación interna rumana es tan dramática que, según círculos de refugiados, entre los jóvenes se extiende la opinión de que cualquier forma de hacer caer a Ceaucescu, incluida una intervención soviética, es preferible a la continuidad en el desastre. Círculos diplomáticos soviéticos manifiestan desde hace tiempo en privado que el conducator, su familia o su política son, de hecho, la vacuna más efectiva contra el nacionalismo rumano.

Atentados contra emisoras

Las durísimas palabras de Poszgay, comparando al jefe de un partido comunista aliado con el enemigo mortal histórico de los países socialistas, el nacionalsocialismo alemán, son el ataque más virulento del Gobierno húngaro al presidente de Rumanía, un país vecino y aliado. Poszgay manifestó a la emisora británica BBC que el plan de Ceaucescu de derribar 8.000 pueblos y proceder a la concentración forzosa de la población en "centros agroindustriales" sólo tiene parangón en la destrucción de Cartago por parte de los romanos y la de Varsovia por parte de los invasores nazis.

El Gobierno húngaro, que manifestó el viernes su deseo de solucionar el grave conflicto con Rumanía por medio de negociaciones, endurece su postura. Radio Budapest inauguró el viernes una nueva emisora de onda corta. Oficialmente se dedicará a emisiones en húngaro para "la región de los Cárpatos y otras zonas de Europa". Su labor real será hacer posible que la minoría húngara en este país tenga acceso a información en su idioma, una información que le es sistemáticamente vedada por las autoridades rumanas.

La apertura de esta emisora provocará, sin duda, una nueva reacción de Ceaucescu. Las emisoras occidentales en lengua rumana y húngara son desde hace años una obsesión del presidente rumano, hasta el punto de proyectar -y realizar, en un caso- atentados contra la sede de Radio Europa Libre en Múnich. Estas emisoras son hoy la única fuente de información de la población rumana.

Durante el acto de inauguración de la radio, el secretario del comité central, Janos Berecz, declaró que "Hungría no tiene motivo alguno para cambiar su postura" en este conflicto con Bucarest.

La emisora tiene un alcance de 1.000 kilómetros y llegará, por tanto, a todos los rincones del territorio rumano. La poca Prensa húngara que el régimen rumano permite aún publicar está sujeta a rigurosa censura. La importación de Prensa oficial de Hungría, incluido el órgano oficial del partido comunista, Nepszabadsag, está prohibida en Rumanía.

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